Un agujero negro da la razón a Einstein

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Las órbitas de la estrella alrededor del agujero negro
Las órbitas de la estrella alrededor del agujero negro vlt telescope

20 abr 2020 . Actualizado a las 13:46 h.

El comportamiento de las órbitas de los planetas protagonizó uno de los debates más apasionantes de la ciencia. Participaron los sabios de la Grecia clásica, los impulsores de la revolución científica y las grandes mentes de la era moderna. El astrónomo alemán Johannes Kepler fue el primero en descubrir en el siglo XVII que los planetas dibujan una elipse y no un círculo, como siempre se había pensando. Hay quien dice que en realidad fue Hipatia de Alejandría, la primera mujer científica de la historia, la primera en proponer esta idea.

La tesis de Kepler supuso un avance importante, pero todavía quedaba una anomalía por explicar: el perihelio de Mercurio. Cuando el planeta completa una órbita alrededor del Sol no regresa siempre al mismo punto, sino que se desvía unos 300 kilómetros. «Era un efecto minúsculo pero conocido y siempre estaba ahí, como una piedra en el zapato. Fue Le Verrier el primero que llegó a la conclusión de que no se podía explicar como la interferencia con las órbitas de los planetas conocidos», explica Javier Mas, profesor de Fisica Teórica de la Universidade de Santiago (USC).

El matemático francés Urbain Le Verrier había conseguido la fama mundial y el respecto de la comunidad científica tras descubrir Neptuno en 1846. Observando la órbita de Urano concluyó que no seguía las leyes de la gravedad de Isaac Newton. Propuso que un objeto de grandes dimensiones debía estar influyendo. Predijo la existencia de un nuevo planeta en el sistema solar y los astrónomos acabarían por darle la razón cuando detectaron el que hoy conocemos como Neptuno.

Le Verrier también se atrevió a descifrar el misterio de Mercurio y aplicó el mismo razonamiento, asegurando que debía haber otro mundo interferiendo. Lo llamó Vulcano. Falleció pensando que había decubierto dos planetas. Pero sobre Vulcano se equivocó.

El origen de la órbita abierta de Mercurio y del resto de los planetas fue descrita por Albert Einstein en la teoría de la relatividad, que propone que la gravedad no es una fuerza, sino una consecuencia de la curvatura del espacio que generan los grandes objetos del universo, desde las lunas hasta las estrellas, y que provoca también la desviación de las órbitas planetarias.

Esta semana el telescopio europeo VLT situado en el desierto chileno de Atacama ha confirmado que Einstein tenía razón, al detectar tras treinta años de observación el movimiento hacia adelante cada vez que un estrella completa su órbita alrededor del gran agujero negro situado en el centro de la Vía Láctea.