Javier Cámara: «Es maravilloso odiar a tus enemigos»

Juan Alía MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

RAQUEL MANZANARES

El actor riojano vuelve a meterse en la piel de Juan Carrasco para «Vamos Juan», la serie de TNT

28 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En un perenne periodo electoral, Javier Cámara (Albelda de Iregua, La Rioja, 52 años) no puede desconectar de la política ni cuando rueda comedia. El actor es el protagonista de Vamos Juan, secuela de la serie Vota Juan, que sigue las desventuras de Juan Carrasco, empeñado ahora en montar un nuevo partido político. La ficción original de TNT se rueda estos días en Madrid, tras pasar por Logroño, y se estrenará en el primer semestre del próximo año.

-¿Qué trae esta continuación de la historia?

-Yo creo que la segunda temporada es más cáustica a nivel de texto, más oscura, más sórdida. Da mucho gusto. Hay escenas muy divertidas, pero son todas muy difíciles. Te das cuenta de que las situaciones están siendo graciosas, pero no estás haciendo un tipo de comedia física. Nos quedamos sin saber muy bien si han quedado óptimas o no cuando las rodamos. Lo que decimos es una barbaridad. De todas formas, como pasan dos años entre una y otra, la gente las puede ver por separado. No hace falta haber visto la primera.

-No es muy común hacer una comedia política.

-Hay cosas en España con las que nunca se ha hecho humor, y aquí hablamos de uno de esos temas. Hablamos de cómo se comportan los políticos frente a esas cosas, no es que estemos haciendo humor sobre esa situación. Eso es imposible. Creo que esta segunda temporada se está haciendo por el placer de ir más allá. Aquí hemos ido más a drenar la sordidez, la comedia más oscura, más negra. Los personajes se meten en unos mundos importantes.

-¿Qué le va a pasar a Juan Carrasco?

-A Juan le dan un revés al final de la primera temporada, cuando se queda como vicepresidente, y en esta vemos que es profesor en un colegio público de Logroño, lo que era antes de su incursión en la política. Entonces decide, bajo unas circunstancias bastante duras que está pasando allí, volver. Si el motor de Vota Juan era la ambición desmedida que le llevaba a un lugar en el que no sabía qué era lo que quería, sino simplemente tener un chófer, su mujer y su hija lejos de casa y un apartamento en Madrid, yo creo que en esta lo que más le mueve es el rencor. Eso es maravilloso. Es maravilloso odiar a tus enemigos. Y también poder permitírtelo en una serie, y supuestamente haciendo comedia.

-¿Qué le parece ese tipo de humor tan «en serio»?

-Es el humor que a mí me hace gracia, y hacerlo me llena de orgullo y satisfacción. Me ha gustado mucho una metáfora que es un poco absurda, porque no está pasando prácticamente nada, pero la gente se ríe. Eso es lo que más me puede halagar ahora mismo, que no haya un gesto donde uno busca precipitadamente la comedia. No estás cayendo en el gag físico en el que nos hemos movido muy bien en este país. Que 'Vamos Juan' no tenga ninguna referencia en este momento tan apabullante y que intentemos ir más allá me parece algo increíble. Además, me encanta que Diego San José (guionista de la serie) se presente todos los días en el rodaje. Que esté diciéndote: «Cuidado aquí, porque yo escribí esto porque tal». Tienes mucha ayuda. Que haya tanto cuidado a mí me gusta mucho, me hace crecer. Yo creo que es el tipo de comedia que más me gusta ver. Otra cosa es que consigamos hacerla.

-¿Qué destacaría de «Vota Juan»?

-Me encantó que en la primera temporada hubiera críticas de comentaristas políticos. El sexo y la política nadie los tocaba por dificultosos, por la doble moral de las cadenas públicas y porque la política. Haber conseguido que gente del sector te diga que esto no era una comedia sino un documental nos ha llenado todavía más de orgullo y satisfacción.

«Lo estamos clavando»

-¿Recuerda algún caso concreto?

-Cuando estábamos grabando en Logroño, como soy de La Rioja, se me acercó un periodista. «¿Quién os dado las referencias de Pedro Sanz y de tal?», que son políticos de allí. «Es que lo claváis», me decía. Y yo: «¿Cómo? No hay ninguna referencia». Debe de ser una cosa tan generalizada que lo estamos clavando en cada provincia.

-¿Cree que los políticos se ríen con ella?

-Yo vi Extras, y esa cutrez de los actores me fascinó. También me pasó con Diez por ciento (Dix por ceunt, en francés, y Call My Agent!, en inglés), que todo el mundo en The Young Pope la había visto. Creo que somos muy egocéntricos y nos gusta ver lo nuestro. Espero que los políticos se rían también. Nosotros cogemos el espíritu de decrepitud y de caos, pero. es que es imposible captar la realidad. Nos supera cada día.

-¿Qué necesita un partido político?

-Uf, es que le dedico toda la temporada. Primero necesita dinero, una sede, un equipo. Muchas cosas. Necesita algo muy concreto que no lo voy a decir y que se va a ver en las próximas entregas. Bueno, y una sintonía. En un capítulo le pedimos una a un disyóquei y nos pregunta: «¿Sois de izquierdas o de derechas?». Y hay una pausa como de queremos una sintonía. En el momento en que te mojas, la gente lo ve desde un lugar, y te apetece que Jiménez Losantos te acuse de que el personaje es un socialista cutre, y el otro, de que es el nuevo Santiago Abascal. No sabes desde dónde lo ve la gente, porque lo hace como si fuese su propio enemigo íntimo.