La disputada custodia del perro Cachas

Redacción LA VOZ

SOCIEDAD

Imagen de archivo de un perro de la misma raza que Cachas
Imagen de archivo de un perro de la misma raza que Cachas Istock

Carlos y Silvia rompieron como pareja tras tres años de relación y un perro en común, que ahora un juez deberá decidir con quién se queda y en qué condiciones

25 jun 2019 . Actualizado a las 16:25 h.

La custodia de Cachas, un West Highland Terrier cuya tenencia se disputan Carlos y Silvia, una pareja de Valladolid que rompió tras una relación de más de tres años, deberá de ser finalmente acordada por un juez ante la falta de acuerdo entre ambos contendientes en un inusual proceso por la tenencia del animal que 'cosifica' el actual Código Civil pero al que la nueva reforma, actualmente paralizada, confiere la condición de «ser sensible».

La decisión pende ahora de la sentencia que emita el titular del Juzgado de Primera Instancia número 9 de Valladolid, donde este jueves se ha celebrado la correspondiente vista, sin acuerdo entre las partes, y ello a pesar de la advertencia del magistrado del carácter inapelable de su fallo y del consejo previo dado a los litigantes para que trataran de buscar un punto intermedio. «¿Seguimos en las mismas circunstancias? ¡Deberían ustedes alcanzar un acuerdo, seguro que mucho mejor que la imposición de un tribunal. Ahí lo dejo!», ha interpelado el juez a las partes en tono conciliador para, en declaraciones recogidas por Europa Press, recordar también lo inusual del hecho y precisar que la contienda afecta no ya a una cosa, como así entiende el actual Código Civil, sino a un «ser sensible», anticipándose así al proyecto de ley, actualmente paralizado, pero que esta próxima legislatura podría ver la luz otorgando a los animales dicha calificación.

El consejo del magistrado no ha surtido efecto alguno, con lo que se ha celebrado la vista en la que los letrados de los litigantes han mantenido sus posiciones, la letrada de Silvia la solicitud de que continúe la custodia compartida del can, con estancias de quince días en el domicilio de uno y otro y la posterior entrega de Cachas en un centro de peluquería canina, algo que el mismo juez ya acordó como medida cautelar y provisional, y el abogado de él consistente en la «tenencia exclusiva» del animal por parte de su cliente.

El viaje a Alicante añade dificultades 

En el transcurso de la vista se ha introducido con elemento nuevo el hecho de que el exnovio, quien ha iniciado una nueva relación, tiene previsto trasladarse a Alicante de forma permanente a partir de julio con su nueva novia, algo que el propio juez considera que puede dificultar la posibilidad de seguir con la custodia compartida. «Para las entregas, Alicante no está ahí al lado, la cosa no sería fácil», había advertido también el juez con carácter previo al inicio del juicio en su intento de buscar el acuerdo entre ambos.

Sin embargo, la exnovia, a través de su abogada, porfía en la custodia compartida tras advertir de que ambos son titulares del perro y que incluso ella, como así ha certificado vía documental, fue la que desembolsó los más de 377 euros por la compra que cargaron en su cuenta y que también ha venido sufragando al 50 % el resto de los gastos de alimentación y cuidados.

En el lado opuesto, el abogado del exnovio rechaza cualquier fórmula de custodia compartida y reclama la tenencia en exclusiva, aunque siempre dispuesto a abonar a su expareja una indemnización compensatoria. «Actualmente sigue siendo un bien mueble, y la titularidad del mismo la tiene mi mandante porque así consta en el registro», ha incidido el letrado, quien pese a ser consciente de que Cachas es un «ser sensible», ello no supone que en determinados casos se siga aplicando el régimen jurídico de las cosas, al tiempo que en el supuesto de que el juez optara por mantener la custodia compartida, ha pedido que sea la demandante la que, en aplicación por analogía del Derecho de Familia, se traslade a Alicante cada vez que le toque estar unos días con el can.

El perro tiene miedo y se mete en la bañera 

Incluso ha llegado a testificar la actual pareja del demandado, Diana T, para explicar la cómplice e inseparable relación que Cachas mantiene en la actualidad con su hija pequeña y otro perro de su propiedad con el fin de pedir al juez su titularidad en exclusiva, una vez que se trasladen a Alicante, para así no «desestabilizar» su núcleo familiar.

En su declaración, la testigo ha llegado a sembrar dudas sobre el trato que Cachas recibe por parte de la antigua pareja de su novio. De hecho, ha apuntado que cada vez que llega tras una estancia de quince días con ella, el perro se encuentra muy asustado, «tiembla cada vez que algo se cae al suelo y se mete en la bañera».

Será por tanto el titular del Juzgado de Primera Instancia 9 de Valladolid el que ponga el punto y final a esta peculiar disputa.