Este negocio es una «burrada»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Marcos Míguez

Antonio Aradas entrena asnos para el cine, bodas y para competir en carreras por toda la Península. Con «Dinamita» ganó Escairón, el Ascot de jamelgos decano de España

15 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El derbi de Escairón, concello de O Saviñao, es a los burros lo que Ascot a los caballos pura sangre. Solo faltan las señoras con sombrero, aunque haya jinetes ante los que habría que quitárselo. Porque en la carrera de asnos decana de España -lleva celebrándose de forma ininterrumpida desde 1955, como lo acredita uno de los organizadores desde hace 27 años, Carlos Armesto- se dan cita los mejores jockeys de la Península. Vienen desde Asturias, País Vasco y, por supuesto, Galicia. Acabar de primeros en Escairón es la prueba necesaria para demostrar que, más que en saber galopar, son doctores en dominar la mente de los tercos burros. «Dende logo non é o mesmo adestrar un cabalo, que é moi voluntarioso, que un burro que, como di o refrán, sonche touzóns coma mulas», explica Antonio Aradas, ganador este año del gran derbi galaico.

Pero Aradas no solo acude a Escairón. En julio estuvo en Padrón, el segundo encuentro de pollinos con más convocatoria de Galicia. También fue a Xove, Cervo, Mesón do Vento... Este domingo estará en Cangas de Foz. Luego vendrá Maside, Cerceda... Porque en Galicia hay una fuerte afición a las carreras de jamelgos.

A Antonio, que llegó al basto mundo de los derbis por azar, le gustaría dedicarse por completo a la doma de asnos. «Non vivo diso aínda, pero supoñen unha boa inxección, sobre todo no verán», dice. Porque sus burros no solo están en los puestos de salida de estas competiciones, trabajan también como actores o escoltas: «Hai pouco pedíronme un para unha película sobre Rosalía de Castro e tamén este verán outros foron a un casamento. Levaban o carro no que ían o noivo e a madriña».

Antonio tiene buena mano con ellos. Quizá porque tiene el nombre de santo Antón, el patrón de los animales. Lleva trece años adiestrando campeones. Ahora tiene 18 burros. Pero todo empezó con una hembra, Narcisa. Aún la tiene. «Un amigo animoume. Empecei a adestrar a Narcisa. Non foi doado porque, como dixen, son moi touzóns. Non hai que mancalos, nin tratalos mal. Nunca podes facer dano a un animal. Todo é cuestión de ter paciencia, non hai que darlles cunha vara. O que fagan ten que ser porque queren. Hai que tratalos ben», advierte.

No solo entrena burros, también adiestra nuevos jinetes que puedan tomar el relevo a este maestro de la doma. Pupilos suyos son Sergio Freire, de dieciséis años, y Andrés Pérez, de quince. «Veñen comigo a tódolos lados aos que vou», dice. Y bien alto dejaron el listón en Escairón: Antonio fue el primero con Dinamita; Andrés, el segundo con Genaro, y Sergio, tercero con Abelardo. Para que no digan que este negocio no es una «burrada».