Norman Sartorius: «Cualquier médico debería poder reconocer una enfermedad mental»

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Resta importancia al manual DSM en el auge de las dolencias, y lo compara con un diccionario

22 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde este fin de semana y hasta el miércoles, Madrid acoge el congreso de la Sociedad Europea de Psiquiatría Infantil y Adolescente (Escap), que clausurará Norman Sartorius. Tras media vida liderando la psiquiatría internacional, Sartorius encabeza ahora la Acción por la Salud Mental (Action for Mental Health) un movimiento que incide en tres vertientes: la co-morbilidad de los enfermos mentales, especialmente en la edad adulta, ya que está comprobado que estas personas mueren antes; el estigma que sufren los pacientes, que crece incluso en el mundo occidental, donde el trabajo cada vez es más sofisticado y se tolera mal la diferencia; y la necesidad de que los psiquiatras jóvenes se conviertan en líderes sociales.

-Defiende que la psiquiatría llegue a la consulta de familia. ¿Eso no se traducirá en una sobremedicación? ¿Es lógico dar una pastilla a una persona que acaba de enviudar? ¿Debe darlas el médico de cabecera?

-Los médicos de familia, y otros médicos, deberían saber lo suficiente sobre la enfermedad mental para ser capaces de reconocerla y proporcionar ayuda a los pacientes. Hay muchas posibilidades para esto, y una de ellas, en casos seleccionados, es también prescribir una medicación, recordando que una buena práctica médica debe evitar la dependencia exclusiva de los fármacos.

-Le preocupa el estigma de los enfermos. ¿Cómo lo puede evitar una sociedad?

-Parece que como la sociedad se vuelve más abierta, tendría que disminuir el estigma hacia los enfermos mentales, pero no es así, y en la mayoría de los países está creciendo en cantidad y gravedad. Probablemente la única manera de disminuir este estigma es el contacto social. Por ejemplo, que personas que han experimentado enfermedades mentales cuenten su historia en las escuelas, de una manera apropiada, claro está.

-En el otro extremo del estigma está la «necesidad» de muchas personas de tener una patología que requiera tratamiento.

-Muchas personas tienen problemas y no tienen ayuda para resolverlos. No es de extrañar que se dirijan a los médicos para tomar una pastilla y poder lidiar con su angustia y sufrimiento.

-Con su experiencia en la OMS, ¿cómo se puede promocionar la salud mental en Europa?

-De muchas maneras, la más importante de todas es que seamos conscientes de la magnitud y la ubicuidad del problema, y de las muchas formas que hay para contribuir a promocionar la salud mental, propia y ajena.

-¿Tiene algo que ver en el aumento de las patologías los manuales DSM, o solo recogen la realidad poniéndole nombre?

-El DSM es una clasificación de los desórdenes mentales, y su influencia en la práctica médica es similar a la influencia de un diccionario para las personas que hablan un mismo idioma.

-¿Cómo pueden unos padres saber si su hijo adolescente tiene alguna patología o su comportamiento es propio de la edad?

-Los padres tienen que pasar tiempo con sus hijos, y hacer un esfuerzo para ganar y merecer su confianza. Esto hará posible que detecten en sus hijos signos de sufrimiento o problemas de salud mental, y les permitirá ofrecerles su ayuda antes, durante y después de la adolescencia.

-Habla mucho de la familia. Si es una de las causas del problema de un joven, ¿cómo puede ser parte de la solución?

-La primera tarea de una persona que trabaja en atención a la salud es obtener información sobre la situación del paciente, para proponer así la ayuda más apropiada para su caso.

Quién es

Un nombre imprescindible. Norman Sartorius, aunque nació en Alemania, se considera croata, ya que se crio y vivió en Zagreb. Es uno de los psiquiatras más importantes de su generación, no solo por su trabajo en las universidades de Zagreb y Londres o sus 300 artículos científicos, sino porque fue el encargado de establecer las prioridades de la OMS en el campo de la salud mental, ya que dirigió esta división de 1977 a 1993, además de presidir la Asociación Mundial de Psiquiatras (WPA) de 1993 a 1999 y después la sociedad europea (EPA), de 1997 al 2001.