Esa es la opción que escogieron las amigas de Cecilia, aunque en su caso, como en otros muchos, se trata de que el novio o la novia se sonrojen al máximo. A Cecilia (que empezó en Ourense, comió en A Cañiza y durmió en Vigo) la disfrazaron tres veces. Primero, a lo Eva Nasarre, cada vez que la sometían a alguna pregunta y no se la sabía le tocaba dar una master class de gimnasia con el megáfono del coro de amigas; después como una maruja con rulos repartió globos y galletas por un centro comercial de Vigo, y como broche final la noche la rayó en una presidiaria protegida por el grupo de policías para seguir la fiesta. «Ellas -explica Paloma Quintana, de Tu mejor despedida, se decantan más por los balnearios o un fin de semana en una casa de turismo rural, ellos siguen prefiriendo la discoteca». En esta tendencia mimética, las protagonistas de Sexo en Nueva York han hecho mella en ellas. ?Aún les sigue influyendo y muchas eligen un reservado en algún pub y hacen alguna sesión de tupper sex, pero la mayoría se decantan por preparar muy bien el disfraz e ir monas?.
Si el dinero estira, entonces Ibiza o Londres son el centro de la diana de la fiesta, pero si no, Gijón destaca por la proximidad con Galicia y por la cantidad de negocios especializados en despedidas que hay allí. Hoy el 90 % se organizan fuera de la ciudad de origen. A Coruña, Sanxenxo, Baiona y Vigo son el reclamo de los gallegos (también de asturianos, leoneses y portugueses) por la posibilidad de abrirse al mar. ?Los chicos en general van más sobre la marcha, ellas lo organizan al milímetro y por eso miran muy bien cómo poder disfrutar un poco de todo, o balneario, o beauty party, donde te dan clases de maquillaje, te peinan... o pasar una tarde divertida al sol en un barco. De cada 100 despedidas que hacemos, 80 son de chicas y 20 de chicos?, explica Pablo García.