Este es un premio al voluntario, al que pone el trabajo, el empeño y la ilusión». Así valora José Luis Castro-Acuña la concesión del premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la Federación de Bancos de Alimentos de España. Antes de seguir con las gestiones para encontrar una nave que les permita almacenar y distribuir las 360 toneladas de comida que van a recibir de la Unión Europea, Castro-Acuña, explica que desde el Banco de Alimentos Rías Altas están atendiendo a 165 entidades de la provincia coruñesa.
-¿Cuantas personas se benefician de esta ayuda?
-Nosotros no repartimos alimentos a particulares, solo lo hacemos a través de las asociaciones. En el último año, las personas beneficiadas fueron unas 25.000.
-¿Quién les da los alimentos?
-Por un lado, recibimos del Fondo Español de Garantía Agraria. Son fondos comunitarios procedentes de los excedentes agrícolas; ahora, como no los hay, pues cada país pone dinero, se compran alimentos y luego se hace el reparto. Y por otro, están las donaciones de las firmas de alimentación, de las empresas, de las instituciones y hasta de personas que llegan con una docena de huevos y luego no sabes qué hacer con ellos.
-¿Cuales son los productos más habituales?
-Los no perecederos. Los europeos, que siempre nos llevan ventaja, han empezado a enviar este año alimentos para una dieta equilibrada y nutritiva, dentro de lo que cabe. Por ejemplo, ahora viene aceite, que antes no venía porque es más caro. Los más frecuentes son leche, galletas, lentejas, alubias y mucho arroz. A veces nos llega fruta, sobre todo de Carrefour, pero hay que prepararla enseguida y distribuirla al día siguiente. En ocasiones también tenemos pescado, pero es algo complicado porque necesitamos una nave frigorífica. Tenemos la suerte de que una empresa, Frigoríficos Botana, nos ayuda muchísimo. A veces vienen también productos del Fondo Galego de Garantía Agraria, procedentes de otras autonomías.
-¿Ha aumentado mucho la demanda con la crisis?
-Aumenta la demanda, pero también la recogida, y con ello se amortigua el incremento, aunque no se compensa.
-¿Qué relación tienen los bancos entre sí?
-Estamos en la Federación, pero cada uno es independiente. Funcionamos de forma autónoma, aunque hablamos entre nosotros y, si podemos, colaboramos.
-¿Cuantos voluntarios tienen?
-No muchos, somos 26 socios voluntarios, que son aquellos que saben cómo va el banco. Luego están los que vienen a ayudar puntualmente. No hay personas asalariadas. Bueno, algún banco, como el de Madrid, ha optado por tener alguna, pero lo habitual es que se trate de jubilados, ciudadanos en paro o estudiantes que dedican su tiempo a echar una mano.