En la selectividad: «Estudiando una semana, hice lo que pude»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN /LA VOZ

SELECTIVIDAD

Xoán A. Soler

Comenzó la última prueba de septiembre, con nervios y no muchas esperanzas

13 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los mismos nervios y despistes que en junio. Aunque ayer el 45 % de los alumnos que acudieron a la selectividad en Galicia, la última que se celebra en septiembre, ya habían vivido la experiencia tres meses antes, las caras de angustia al empezar el primer examen, el de Lengua, eran tan intensas como cabría esperar. Cuando se desveló el misterio, algún suspiro de alivio: la novela de la generación del 98 y la poesía de posguerra; la opción noventayochista es un clásico. Una disertación del politólogo José Ignacio Torreblanca sobre la juventud y otra de la escritora Olga Merino sobre el amor en los tiempos de la tecnología eran las opciones del comentario de texto.

Peor fue con Historia de España. La crisis total que vivió España en 1917 era un tema más o menos asequible, pero era un caramelo envenenado: la pregunta corta era la crisis de UCD y el golpe del 23-F; dos extremos temporales de un temario complejo. «Estudiando una semana, hice lo que pude», resumía gráficamente una de las examinandas, que supo hace exactamente una semana que había aprobado sus dos materias suspensas y podía ir a la prueba.

Los exámenes de esta primera tarde fueron Lingua e Inglés. En el primero había que elegir entre los renovadores de la prosa desde la posguerra y la literatura en el exilio; el discurso de acceso a la RAG de Marilar Aleixandre sobre la obra cumbre de Neira Vilas y una escena sobre el reparto de tareas en el hogar de María Reimóndez fueron los textos propuestos. En Lingua, al contrario que en Lengua, el comentario de texto y la teoría van por separado, porque tanto la opción A como la B permiten elegir entre los dos mismos temas de sociolingüística y literatura.

Y llegó Inglés. Tras el desastre de junio, con un listening inaudible y difícilmente comprensible (según el cual Italia tenía más ascensores que China), la propuesta de ayer, sobre superhéroes de Marvel, resultó aparentemente más fácil.

Como explicaba un alumno tras la prueba, «menos mal que se me da bien Inglés», porque en esta fase general todas las materias valen lo mismo y no se pueden independizar las notas. A las cuatro troncales de ayer se sumará hoy la materia de opción (Fundamentos da Arte, Latín o Matemáticas) y con las notas se hará una media; si se pasa de 4, uno aprueba la selectividad, aunque necesitará un 6 de media en bachillerato para poder obtener el 5 que permite el acceso a las carreras. «Dá o mesmo, non teño praza en ningures», suspiraba otro joven tras el intento de sus amigas de animarle con el razonamiento de que una nota compensaba la otra. Y no le falta razón, hay unas 1.600 plazas disponibles en Galicia (con casi cien grados y dobles grados ya cerrados) y para la ABAU se han matriculado 2.073 estudiantes. En este total se incluyen aquellos que van a subir nota y los 1.131 que aprobaron bachillerato en septiembre. Estos datos dejan una cuestión sin resolver: ¿dónde están los 2.263 suspensos de junio?