Borja Verea advierte que facilitar que gobierne el BNG en solitario, con seis ediles, es dejar la ciudad «á deriva»

r. martínez SANTIAGO / LA VOZ

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Borja Verea, con su candidatura, en la noche electoral
Borja Verea, con su candidatura, en la noche electoral xoan a. soler

El candidato popular insiste en que le dejen gobernar y sostiene que investir alcaldesa a Goretti Sanmartín para que gestione solo con su grupo sería una decisión «covarde» de los socialistas

05 jun 2023 . Actualizado a las 14:32 h.

El candidato del PP a la alcaldía, Borja Verea, reclamó esta mañana al PSOE que deje gobernar al PP para garantizar un gobierno estable y de «moderación», con la posibilidad de acuerdos puntuales con las demás formaciones, porque su ejecutivo no tendría mayoría absoluta. Esa es la opción que defiende el alcaldable popular, y a la que no renuncia todavía, aunque tanto el PSOE como CA ya han comprometido su respaldo a la investidura de Goretti Sanmartín. La otra, una posible coalición de izquierdas, no aseguraría el mismo grado de estabilidad, sostiene Verea, incluso si se configura un tripartito que sí aportaría mayoría absoluta, por sus diferencias en la concepción de la ciudad.

Pero lo que le preocupa seriamente al popular es el escenario que parece abrirse como probable ahora mismo, que los socialistas apoyen la investidura de Goretti Sanmartín y no se sumen al gobierno. Eso supondría, dice, «deixar á deriva á cidade», con lo que «estariamos ante a decisión política, que eu lembre, máis covarde da historia de Santiago». Sería «unha barbaridade que se escapa ao sentido común», dice, y de la que tampoco libra de «responsabilidade» al BNG y a la propia Goretti Sanmartín, «aceptando ser a alcaldesa nesas condicións, con seis concelleiros e demostrando que non lle importa Santiago e que segue obsesionada coas autonómicas e con Ana Pontón», cuando las urnas abrieron la posibilidad también de que el PP pueda gobernar en minoría, insiste, con prácticamente el doble de concejales (11).

Verea plantea que si la nacionalista no es capaz de convencer a sus «supostos socios, como vai gobernar Santiago, con seis concelleiros?», al tiempo que expone que el actual escenario demuestra que el PSOE «non ten a ninguén ao mando: ninguén está no timón». El alcaldable del PP sostiene que la situación no es la misma del 2003, momento al que aludió la semana pasada Mercedes Rosón (PSOE) para justificar que su formación se tome con calma la decisión de si entrar o no en el futuro gobierno. Entonces era la socialista la formación mayoritaria entre las dos de izquierda con representación municipal (Compostela Aberta aún no había irrumpido en el escenario político). Aunque meses después ambas formaciones acabarían conformando una coalición con mayoría absoluta, Verea recuerda que las circunstancias no eran las mismas.«Entón a forza máis votada, e que iniciou o goberno, era o PSOE con 11 concelleiros», así que «que non utilicen exemplos que nos fagan pasar por tontos, porque aquí estamos falando de darlle o goberno á cidade á segunda forza política, que ten a metade de concelleiros que a primeira, e poñela a gobernar con seis concelleiros. Non hai antecedente na historia da nosa cidade».

Y se pregunta, que preferirían los votantes del PSOE, «se un goberno da segunda forza con seis concelleiros, ou da primeira con once». Verea no renuncia a «un cambio de rumbo» en el PSOE, pendiente de la constitución de una gestora. Pero si no deciden un nuevo liderazgo esta semana, tras la renuncia de Sánchez Bugallo, se dirigirá al grupo municipal, aunque este ya ha confirmado su apoyo a la investidura de Sanmartín.

Mientras, Sanmartín insiste en que el BNG está preparado para gobernar desde el primer momento, en solitario o en compañía, aunque la candidata nacionalista no oculta que preferiría la última opción. De momento, el PSOE no tiene ninguna prisa por posicionarse. La candidata del Bloque sí observa mejor disposición en CA, aunque su asamblea decidirá todavía mañana si decide negociar un pacto de coalición o no. En cualquier caso, su adhesión solo aportaría dos concejales más al gobierno, que se quedaría con ocho en ausencia del PSOE.