Intermodalidad sin aeropuerto

Serafín Lorenzo A PIE DE OBRA

SANTIAGO

05 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque Santiago todavía sube con alegría estas primeras rampas de septiembre, es evidente que el abarrote que vivió la ciudad en agosto ya pasó. La alta afluencia de visitantes que desbordó todas las previsiones dejó estampas que invitan a pensar que la nueva realidad postpandemia no será tal vez tan distinta de la anterior. Y eso depara muchos más interrogantes que certezas. Pero volviendo a las postales del verano, una de las más sonadas es la de los atestados autobuses de la línea 6, que cubren el singular itinerario que separa Os Tilos del aeropuerto. La alternativa al taxi que le queda a los viajeros que llegan o parten de Santiago por vía aérea es un servicio de bus urbano en el que el Concello se ha visto obligado a encadenar refuerzos ante la incapacidad de atender los picos de demanda. Una tirita de quita y pon -porque pasará el verano y el turismo menguará- que tapa la herida pero no la cura. Porque no solventa el problema de fondo que se creó cuando se decidió prescindir de la lanzadera con Lavacolla. Brillante idea que subraya todavía más la paradójica posición que Santiago ha reservado al aeropuerto en el trastero de la intermodalidad. Ya no se trata de que el tren llegue hasta el Rosalía de Castro -la apuesta más difícil de gestionar por ser la más sensata-, sino de retener el servicio de bus que ya se tenía para conectar los dos modos de transporte. Era demasiado sencillo.