Actualmente la investigación está centrada en la seguridad de las resinas con el objeto de que en el futuro se puedan iniciar los ensayos en humanos dentro de un marco regulatorio que garantice la seguridad de esta tecnología.
Carlos Rial, informático de la compañía FabRx que trabaja en Santiago, asegura que «a impresión en 3D de medicamentos está a cambiar agora mesmo a fabricación tradicional de medicinas cara unha producción máis personalizada». Y también abre la puerta a la impresión de medicamentos desde casa. Pero siempre bajo prescripción médica.