«A Busquets sabías que no ibas a poder quitarle la pelota»

Iván Díaz Rolle
Iván Rolle REDACCIÓN / LA VOZ

QATAR 2022

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Roberto Trashorras y Goran Maric analizan a un futbolista «especial» tras su adiós a la selección española

16 dic 2022 . Actualizado a las 20:47 h.

«Jugar contra Busquets, Xavi e Iniesta era una tortura. Sabías que no ibas a poder quitarles la pelota», rememora uno de los pocos futbolistas que se ha permitido el lujo de tocar más balones que el 5 al término de una temporada en Primera. Roberto Trashorras fue durante tres años en el Rayo Vallecano quien más pases dio en LaLiga. «Incluso cuando estaba el Tata Martino ganamos la posesión contra el Barça y con Luis Enrique anduvimos cerca», rememora el entrenador del Lugo B Polvorín, también forjado en la Masía y enamorado de la forma de entender el fútbol de Busi.

«Estaba en Las Palmas la primera vez que escuché algo de él. El Barça B jugaba allí una eliminatoria y Pep Guardiola se acercó a hablar conmigo y me dijo que tenían una hornada espectacular. También estaba Pedrito», explica el rabadense. «Tiene el ADN Barça, no es fuerte, ni rápido, ni agresivo, pero era el ancla sobre el que se organizaba todo el juego. Guardiola le dio paso y por su inteligencia táctica ha marcado el estilo, también de la selección, durante más de una década», explica sobre un jugador que, con apenas 20 años relegó al banquillo a un prodigio como Yayá Touré.

«No destacaba demasiado por su talento, pero era distinto, especial. Guardiola ya lo conocía del filial con el que subió a Segunda B y eso le dio confianza», rememora Goran Maric, con el que apenas coincidió dos partidos en el Barça B. «Hicimos juntos la pretemporada y debutó en septiembre contra el Racing y ya parecía que llevase 20 partidos en el primer equipo», explica el exfutbolista de origen serbio.

«Hace poco fui a un entrenamiento del Barça y hablamos un rato. Es humilde, sencillo, un tío muy normal», añade. 

«A ver si lo arregláis, es muy blando»

Su carácter, capacidad de trabajo e inteligencia permitieron triunfar a un Sergio Busquets al que pocos esperaban ver tan alto. «A ver si me arregláis a este chico, es muy blando», pidió su padre, el exportero Carles, cuando, recién retirado, lo llevó desde el Lleida al Jabac de Terrassa en el 2003, según relata un reportaje publicado por eldiario Ara.

Apenas dos años después ingresó en el juvenil del Barcelona, donde siempre ha pesado más su enorme interpretación del fútbol que las cualidades físicas de un centrocampista enclenque, pese a sus 1,89 metros. «Cuando la pelota cae en cualquier lugar, él siempre está cerca por su buen sentido del juego posicional», afirmó en su día Johan Cruyff sobre un Busquets que dio el salto a la élite de la mano de Guardiola y tuvo en Vicente del Bosque a otro gran valedor.

En pleno Mundial 2010, la opinión pública exigía al seleccionador que prescindiese del barcelonista para jugar con Xabi Alonso como único pivote tras la derrota inicial frente a Suiza. «Si volviese a ser jugador, querría ser como Busquets», respondió el Marqués sobre un centrocampista que apenas iniciaba una carrera de leyenda. En la selección se cerró tras 134 partidos y con una Copa del Mundo y una Eurocopa en sus vitrinas.

España despide al último bastión de su generación más dominante

Busquets, el único campeón del mundo en Catar, renuncia tras 143 encuentros

La generación más dominante del fútbol español ya es historia en la selección. Si Luis de la Fuente no recurre a los olvidados miembros de la vieja guardia, Sergio Busquets Burgos (Sabadell, 1988) será el último de los campeones del mundo en Sudáfrica 2010 que vistan la camiseta roja. El pivote del Barcelona ha decidido despedirse tras el varapalo del equipo de Luis Enrique en Catar y con 143 internacionalidades a sus espaldas. El título mundialista y la Eurocopa 2012 relucen en una trayectoria que arrancó en el 2009 y que solo han podido alargar más Sergio Ramos, con 180 partidos, e Iker Casillas, con 167.

Fue en febrero del 2009 cuando Vicente del Bosque reclamó por primera vez al centrocampista, aunque se quedó sin minutos en aquel amistoso frente a Inglaterra. Casi dos meses más tarde, se estrenó en un triunfo por 1-2 ante Turquía en un encuentro de clasificación para el Mundial donde España bordó su única estrella. Busquets, que formó doble pivote con Xabi Alonso para liberar el talento de los Xavi, Iniesta, Villa y compañía, fue básico para aquella conquista, igual que durante los siguientes trece años, donde disputó otras tres Copas del Mundo.

En ellas, sin embargo, la selección ya nunca pudo superar el techo de los octavos de final. En Brasil 2014 cayó en la fase de grupos y cuatro años más tarde en Rusia los penaltis la condenaron frente a los anfitriones. En este último ciclo, fue el capitán de Luis Enrique, pero vivió un amargo final. En una tanda horrible donde España falló todas sus penas máximas, el mediocentro del Barça asumió la responsabilidad y se topó con Bono en el lanzamiento que precipitó la derrota ante Marruecos.

«Ha sido un honor representar a mi país y llevarlo a lo más alto, ser campeón del Mundo y de Europa, ser capitán y disputar tantos partidos, con mayor o menor éxito pero siempre dándolo todo y aportando mi granito de arena para que todo fuera lo mejor posible y que todos sintieron lo importantes que son, ayudando a todos y luchando por un mismo objetivo, con experiencias únicas, inolvidables y históricas», valoró en un texto publicado en su cuenta de Instagram para despedirse. «Me gustaría anunciar que después de casi 15 años y 143 partidos, ha llegado el momento de despedirme de la selección», comenzó el autor de dos goles con un combinado nacional con el que nunca fue expulsado.

Vicente del Bosque, Julen Lopetegui, Fernando Hierro, Robert Moreno y el propio Luis Enrique le dieron plena confianza. De todos ellos se acordó en un mensaje acompañado de un vídeo con algunos de sus mejores momentos en la selección un centrocampista de 34 años del que se especula que también dejará el Barcelona este verano para jugar la MLS estadounidense con el Inter Miami.

Así, Catar 2022 sería casi el epílogo en la máxima exigencia de un pivote con una inteligencia posicional extraordinaria al que su ya último seleccionador había animado a intentar jugar un quinto Mundial. «En el contexto adecuado es el mejor del mundo», afirmó Luis Enrique sobre un futbolista que empleó como escudero de Gavi y Pedri en la medular, pero que, igual que el resto del equipo, se fue desdibujando tras la exhibición en el 7-0 inaugural ante Costa Rica.

El capitán se marcha dedicando bonitas palabras a sus compañeros: «Con los que he luchado por intentar llevar a la selección donde se merecía, con más o con menos éxito, pero siempre dándolo todo y con el mayor de los orgullos».

Tampoco se olvidó de los presidentes y directivos de la federación y de las personas que forman parte del equipo en un «segundo plano, siendo igual de importantes» y dio un agradecido mensaje a la afición: «Por el apoyo diario recibido y sobretodo cuando no salieron las cosas como esperábamos. Ahí es cuando más se os necesita y más unidos hay que estar». Para su familia reservó un cariñoso párrafo: «Por apoyarme en cada momento y en todas mis decisiones y compartir este camino estando lejos muchos días y haciéndome sentir siempre cerca para que diera lo mejor de mí».

El ya eterno 5 de España se despidió con un mensaje de apoyo para el nuevo ciclo: «No puedo más que desear toda la suerte del mundo a mis compañeros y al nuevo seleccionador Luis de la Fuente. Seré un aficionado más».