Llega el turno de Brasil en el Mundial de Catar y empieza ante Serbia, que es un enemigo más peligroso de lo que pudiera parecer. Es una selección que siempre compite bien, que conoce el oficio y dispone de futbolistas acostumbrados a jugar en equipos grandes. Arriba tienen mucha pólvora. No hay más que ver a Vlahovic, de la Juventus, o Mitrovic, que milita en el Fulham, aunque este último parece que atraviesa algunas problemas físicos.
No obstante, Brasil es favorito. Y también tiene mucho talento en ataque. Por lo que parece en los últimos entrenamientos, Tite va a apostar de principio por Richarlison en punta, con una línea de tres por detrás, con Raphinha y Vinicius en los lados, y Neymar por dentro. Eso supone perder a Fred en el centro del campo.
La clave está en equilibrar, porque va a jugar con una línea de cuatro y con Casemiro por delante, un medio centro de corte sobradamente conocido. Paquetá es otro centrocampista, pero de vocación más ofensiva, con más libertad para descolgarse, también muy trabajador, con más llegada. Es un delantero que se ha reconvertido como un diez y que sabe lo que quiere Tite.
Simplificando mucho, podría decirse que hay cinco futbolistas más defensivos y otros cinco muy ofensivos. Y Serbia es un equipo de los que no se asustan. No hay que olvidar que lo hizo muy bien en la fase de clasificación para el Mundial.
Otra batalla que deberá librar Brasil es la del peso de la camiseta en el debut. El primer partido nunca es fácil. Y diría que para los favoritos, todavía más. No hay más que ver a Argentina frente a Arabia Saudí o a Alemania frente a Japón.