Luis Cortés: «La operación de apoyo a Irak es muy distinta a la del 2003»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

BRILAT

El general de brigada que dirige la Brilat analiza el despligue en ese país y en Mali

05 dic 2021 . Actualizado a las 13:35 h.

Hace escasos días, la Brilat comenzó el despliegue del contingente que, a lo largo de los próximos seis meses, permanecerá desplazado en Mali y en Irak, misión esta última en la que, según precisó el general de brigada Luis Cortés Delgado, la brigada desplegará inicialmente 125 militares «a los que, quizás, se sumen otros diez en enero». En ambos casos, el grueso de los contingentes estará conformado por tropas procedentes del acuartelamiento asturiano de Siero a los que se sumarán militares adscritos a otras unidades del acuartelamiento pontevedrés General Morillo. Estas misiones toman el relevo de las desarrolladas hace tres años, a lo largo del 2018, en Líbano y Mali, y se solaparán con la participación del Batallón de Infantería Motorizada Zamora de la Brilat en la VJTF.

La misión encomendada en Irak será muy distinta a la que la brigada llevó a cabo hace dieciocho años. Por aquel entonces, y bajo el Gobierno de Aznar, la participación militar española fue muy criticada, ya que se produjo tras la ocupación del país apuntalada en la tesis nunca demostrada de las armas de destrucción masiva y el derrocamiento del dictador Sadam Husein.

Lo cierto es que este nuevo despliegue nada tiene que ver con aquel: «Esta operación de apoyo a Irak es muy distinta a la que la Brilat realizó durante el año 2003. Actualmente, el cometido principal de nuestro contingente es proporcionar seguridad y protección a los mentores e instructores que la OTAN tiene desplegados en Bagdad en el marco de la Operación NATO Mission Iraq, una misión de asesoramiento, adiestramiento y desarrollo de capacidades en Irak que la Alianza lanzó a partir de octubre del año 2018», señala el general Luis Cortés Delgado.

De este modo, se llevarán a cabo actividades de asesoramiento «en el Ministerio de Defensa iraquí, en la Oficina del Asesor de Seguridad Nacional y en las instituciones de seguridad nacional iraquíes», mientras que las de adiestramiento se realizarán en las escuelas militares iraquíes en el área de Bagdad.

Más conocida para la Brilat es la de Mali, toda vez que será el tercer despliegue en este país tras los acometidos en el 2014 y 2018. «Es muy parecida a la de Irak —reconoce el máximo responsable de la brigada pontevedresa—, pero en un escenario muy diferente, más rural, y con una mayor aportación de fuerzas y apoyos: el entrenamiento de fuerzas malienses y la protección a los instructores además de la seguridad de las bases donde hacemos vida».

En cuanto al número de soldados que tomarán parte, precisa que, «actualmente, la contribución española a esta misión es de unos seiscientos militares aproximadamente, de los cuales, unos 350 militares son de la Brilat. En total, la brigada va a desplegar unos setecientos militares a lo largo de un año, con un relevo interno a los seis meses».

Y es que, «África, junto con el Mediterráneo, constituyen nuestras máximas prioridades a la hora de contribuir a la seguridad en el exterior, ya que de su estabilidad y prosperidad depende, en gran medida, la nuestra y la de Europa», concluye al respecto.

Estructurada en tiempo de paz como estaría en combate 

El futuro de la Brilat, al igual que el del resto de brigadas del Ejército de Tierra, pasa por su transformación en lo que se conoce como Brigada 35 y que asume a estas unidades «como un elemento clave y una unidad de referencia para la generación de fuerzas operativas con sus medios orgánicos», refieren desde el Ejército de Tierra. En este marco, se configuran como Sistema de Combate Integral, lo que implica que todas ellas «habrán de estar estructuradas, organizadas y adiestradas desde tiempo de paz lo más próximo a como se organizarán en combate», por lo que «deberán estar preparadas para ser empleadas como operativas, lo que permitirá una transición rápida y aprovechará la cohesión de la unidad durante los períodos de adiestramiento». La intención del Ejército de Tierra es disponer de brigadas lo «suficientemente rápidas, sostenibles, y decisivas como para combatir con garantías de éxito, tanto hoy como en el futuro. Así mismo, deberán reunir las capacidades necesarias para poder anticiparse y sorprender al adversario». En cuanto a los plazos, la transformación al nuevo modelo será de forma cíclica.