El hombre que engrandeció el bádminton

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

PONTEVEDRA

E CUIÑA

Llevó el deporte de raqueta a la cima y forjó un club de atletismo que suma cien deportistas

17 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Rodrigo Sanjurjo no concibe la vida sin deporte. A los 10 años se inició en el baloncesto animado por su profesor de Educación Física y, con 51, puede presumir de haber situado al Bádminton A Estrada entre los tres mejores clubes de España de los últimos veinte años y de haber creado un club de atletismo local con un nutrido medallero.

Como baloncestista forjado en el colegio La Salle de Santiago, Sanjurjo llegó a formar parte de la selección gallega en las categorías inferiores. Pero no fue en este deporte en el que destacó. Su profesor y mentor deportivo, Mariano García Verdugo, le vio cualidades para el atletismo y lo orientó hacia ahí ya a partir de los 16 años. Su especialidad fueron los lanzamientos. En martillo, llegó a campeón nacional. «Entonces pesaba 98 kilos y mi entrenador me decía que era poco. Nunca me dijo que parara, y así seguí», bromea.

Hace tiempo que Rodrigo ha tenido que dejar de practicar deporte en primera persona. «Cuando mi maltratado cuerpo me lo permite hago algo, pero tengo problemas de rodillas y de espalda. Estoy pagando los excesos de mi juventud, así que ahora me lo tomo con calma... Ya no hago nada traumático. En el confinamiento rescaté una elíptica y bajé tres kilos», cuenta.

¿Cómo acaba un ex atleta y ex jugador de baloncesto entrenando un club de bádminton y llevándolo hasta la cima?. La respuesta es un cursillo exprés de bádminton. «Como profesor de Educación Física siempre tuve inquietud por aprender deportes nuevos para enseñárselos a mis alumnos. Hice cursos de todo tipo. Descubrí el bádminton en uno que hice con mi mujer, María Julia Rivas Custodio, que es la actual presidenta del Club Bádminton A Estrada. Después hice otro curso nacional en Denia y conocí a gente de la Federación Española, que me acogió no como a un participante, sino como a un amigo, y me animó a coger las riendas del bádminton gallego», explica Rodrigo. «Después me calenté y vino todo lo demás», dice riendo.

Sanjurjo preside la Federación Gallega de Bádminton desde el 2002. Ha sido además vicepresidente de la Federación Española del 2004 al 2016 y espera volver al cargo en septiembre con una candidatura encabezada por el andaluz Carlos Longo.

En A Estrada, entrena el club local de bádminton desde el 2003. Cuando lo cogió, no vivía sus mejores tiempos. Entonces Rodrigo llevaba otro club de bádminton en Santiago en el que había jugadores estradenses y decidió integrar los dos. «Decidimos crear una estructura fuerte. Hicimos un gran club en A Estrada porque el apoyo del Concello era y es importante y en el 2006 creamos en A Estrada el Centro Nacional de Tecnificación. Ahí viví yo tres años, rodeado de adolescentes», recuerda. «Mi vida no se concibe sin A Estrada. Es un pueblo en el que me siento respaldado y querido», dice.

«Creo que el gran logro fue darle un empujón a una estructura que habían iniciado otros. Yo venía del atletismo, con un enfoque más grande, y le di un enfoque grande al bádminton», explica Rodrigo.

De su mano, el Bádminton A Estrada logró más de un centenar de medallas en campeonatos de España. «Ganamos la liga nacional en tres ocasiones y tuvimos un campeón de Europa, Pablo Sanmartín, y una deportista clasificada para los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, Elena Andreu», cuenta satisfecho el entrenador y director general del club. «Es un éxito conjunto de todos; de la colaboración de los padres, de las instituciones que nos han apoyado y de los files colaboradores de los que me he rodeado, que garantizan que cuando yo lo deje quedará igual o mejor», explica.

Pero no todo han sido buenos momentos. «Los hubo muy malos. Como la muerte de Pablo Carollo, que había sido jugador en A Estrada. Ha sido el peor momento de mi vida deportiva, el más agrio», dice Rodrigo.

Pese a su larga trayectoria, el técnico todavía tiene cuerda para rato. «Me gustaría seguir para hacer por mis hijos lo que he hecho por los de otros. Me gustaría llevar a mis hijos a la élite del bádminton. Mi hijo Rodrigo tiene 15 años, ha sido cuatro veces campeón de España y está en el centro de alto rendimiento de Pontevedra. Yo siempre le he aconsejado apuntar lo más alto posible. Mi hija Sara tiene 9 años y espero que siga sus pasos. Espero que sea campeona de España. Es un talento, pero la cabeza le va a mil. Si practica con pasión va a lograr resultados», explica.

Rodrigo fundó también en el 2011 el club Atletismo A Estrada, que ha presidido hasta ahora y que también ha cosechado numerosas medallas. «Empezamos una decena y ahora son más de 100», dice. Es hora del relevo. «El club no puede quedar en mejores manos», asegura Rodrigo.