El mejillón quiere conquistar Europa

Rosa Estévez
rosa estévez REDACCIÓN / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARTINA MISER

La organización de productores de mejillón, Opmega, intenta abrir hueco en Portugal y en Bélgica para el bivalvo que crece en las bateas de las Rías Baixas

31 mar 2019 . Actualizado a las 21:51 h.

Reducido a una constelación de pequeñas asociaciones de productores, el otrora todopoderoso sector del mejillón gallego parece haber perdido fuelle. Aún así, las 3.400 bateas que flotan en las Rías Baixas siguen siendo un fenomenal motor económico que no debe ser ni despreciado, ni ignorado, ni maltratado. Máxime, cuando en algunas zonas el sector parece dispuesto a rearmarse de ideas y de proyectos para volver a salir a conquistar su futuro. O, de momento, nuevos mercados. A eso anda, precisamente, la principal organización de productores de mejillón, Opmega, que aglutina a 752 bateas repartidas por toda la costa gallega. Y también, desde hace unos meses, algunos long-lines instalados frente a la costa sur de Portugal.

Quizás fuese la llegada a la organización de ese nuevo socio lo que hiciese pensar a Opmega en el país del Sur -tan próximo geográficamente, tan lejano en ocasiones- como un mercado en el que valdría la pena intentar fomentar el consumo del mejillón. En ello está ya la OPP, que presume de haber iniciado también contactos para llevar el bivalvo de sus bateas hasta los mercados belgas. «Nese país encántalles; teñen decenas de receitas e de formas de preparalo... Iso é algo que nin sequera aquí temos», razona Ricardo Herbón, el presidente de Opmega.

Él está convencido de que ha llegado la hora de que el sector se tome en serio la apertura de nuevos escenarios comerciales. Y es que, en estos momentos, el mejillón que se cultiva en Galicia se dirige, en fresco, a plazas nacionales, a Italiano y también a Francia. Curiosamente, el éxito del bivalvo no ha logrado llegar más lejos, por mucho que desde distintas asociaciones se han hecho intentos. Desde Opmega consideran que ha llegado la hora de tomarse en serio ese reto. «É a forma que temos de avanzar e de darlle valor ao noso produto», apunta Herbón. El hecho de que los sistemas de transporte del mejillón hayan evolucionado, garantizando que el producto fresco llegue en óptimas condiciones «a calquera rincón de Europa», anima a la organización de productores.

Pero no todo el sector lo tiene tan claro. El presidente de la Federación Arousa Norte, Alex Tubío, muestra sus dudas ante este nuevo empeño de Opmega. «Nós optamos hai xa tempo por vender a comercializadores; terían que ser eles os que abrisen eses mercados», explica el barbanzano. Desde las rías del Sur también hay dudas. Javier Carro, el presidente de la asociación de mejilloneros de Moaña, que aglutina a unas 40 bateas, considera que la apertura de nuevos mercados entraña unos riesgos que la mayor parte de las asociaciones no pueden asumir. Es el caso, por ejemplo, de los impagados. «En este sector sigue siendo fundamental hacer negocios con gente de confianza, porque de lo contrario te pueden endosar una buena deuda. Mientras no seamos capaces de que el mejillón se pague como máximo a una semana, lo de abrir nuevos mercados parece un poco lejano», cuenta. ¿Y cuándo se cobra el mejillón ahora? «Con suerte, entre dos y tres meses después de la compra. ¿Quién puede estar mandando pedidos durante dos o tres meses sin la seguridad de que te lo van a pagar?».

Las dudas están sobre la mesa. Habrá que ver si desde Europa llegan certezas, pagos puntuales y nuevas oportunidades para uno producto de lujo.

Esfuerzos para dar a conocer al gran público el potencial del bivalvo

Los productores están dispuestos a conquistar nuevos mercados. Y también a reconquistar los de siempre, como los nacionales. Y es que, «o noso produto segue a ser un gran descoñecido» tanto en el resto de la península como, incluso, en Galicia. «Parece mentira», asegura el presidente de Opmega. Algo de razón lleva, ya que el bivalvo carece de ese prestigio social que rodea a otros productos del mar, lo que se refleja en su precio. Eso explica que distintos colectivos y asociaciones, empezando por el Consello Regulador do Mexillón de Galicia, rematando por organizaciones del peso de Amegrove, estén esforzándose por divulgar las cualidades gastronómicas del mejillón. Colaboraciones con centros formativos como el Carlos Oroza, jornadas gastronómicas y concursos son herramientas en uso.