El regidor popular asume un gobierno «cohesionado» de once concejales frente a seis
01 jun 2017 . Actualizado a las 13:27 h.El popular Telmo Martín volvió a recoger el bastón de mando del Concello de Sanxenxo -gobernó en solitario de 1999 al 2006- al recabar el apoyo de sus compañeros del PP y de tres de los ediles de SAL. Martín se enfrenta ahora a dos años de un aparentemente cómodo mandato, con once concejales frente a los seis de la oposición. El polémico mandatario recupera el Concello para el PP, todo un símbolo al tratarse del municipio donde veranea Mariano Rajoy, y donde los populares gobernaron hasta hace dos años.
En su nuevo equipo, Martín incorpora al antiguo alcalde, Gonzalo Pita de Sanxenxo Agrupación Liberal (SAL), que renunció a serlo en un pleno marcado por la polémica el pasado lunes. Pita continuará en su escaño, en calidad de teniente de alcalde único y delegado de Turismo de la Mancomunidade do Salnés. También se integran en el gobierno otros dos ediles de SAL, Jesús Sueiro y Daniel Fernández, este último alcalde de transición desde el lunes hasta este miércoles.
Lealtad, humildad y trabajo. Estos son los tres ejes programáticos de Telmo Martín en su primer discurso, con los aplausos de los suyos entre el público. Martín accedió a la alcaldía con un total de once votos: los nueve del Partido Popular más tres de SAL. En contra se pronunciaron los tres ediles del BNG, la única concejala del PSOE y Vanessa Rodríguez Búa, que mantiene su escaño por SAL y representa a la parte de los liberales que no quiere el pacto con el PP. La sorpresa, porque nadie se la esperaba, ni el propio Telmo Martín, fue el voto de Roberto Carlos Agís, exconcejal de Sanxenxo Pode y actualmente edil no adscrito. Agís se abstuvo a la hora de votar, lo que Martín consideró una buena señal para alcanzar acuerdos con el concejal independiente.
El nuevo alcalde anunció que este jueves por la mañana, nada más llegar a su despacho en el Ayuntamiento, hará una reunión con el sargento jefe de la Policía Local y después con el resto de los agentes. Como trasfondo se encuentra una prioridad organizativa, el inminente comienzo de la campaña turística del verano. Martín se ha marcado el objetivo de un Sanxenxo limpio, seguro y con todos los servicios funcionando a tiempo. Dejó también entrever algo de lo que se puede esperar más adelante. Los presupuestos del 2017, que están sin aprobar al no haber conseguido apoyos suficientes el ya extinto tripartito, se abordarán en otoño.
Martín tuvo palabras de gratitud a su antecesor, Gonzalo Pita, a quien calificó de «home valente». Pita rompió un tripartito que estaba ya desintegrado interiormente cuando hace tres semanas pactó con el PP. El nuevo alcalde insistió en que eso no volverá a pasar. Martín calificó a su equipo de «cohesionado».
El dirigente popular también expresó su agradecimiento a sus ocho compañeros del grupo municipal del PP. Los populares ganaron las elecciones hace dos años, pero no sumaron los votos suficientes para gobernar. Martín calificó el acuerdo cuatripartito que lo alejó de la alcaldía como un «pacto legal» y añadió que el actual bipartito también lo es. A la oposición municipal le pidió su colaboración: «A partir de agora o que temos que facer é traballar todos por Sanxenxo sen mirar tanto as ideoloxías».
La oposición fue mucho más dura, especialmente el dirigente del BNG, David Otero, que sostuvo: «Isto é unha volta ao pasado coa vergoña de que vén engadido cunha automoción de censura». También aseveró que el regreso de Martín a la alcaldía supondrá «a volta dos problemas a Sanxenxo». Y es que aunque el nuevo alcalde popular cuenta con un amplio respaldo en escaños, su figura ha estado siempre envuelta en la polémica. Sus detractores critican su gestión del Concello en los años dorados del auge del ladrillo, el endeudamiento posterior del Ayuntamiento y algunas obras de la constructora de la que fue socio y que han estado envueltas en conflictos judiciales.
Dos veces intentó asaltar la alcaldía de Pontevedra -ganó pero no logró vencer las pinzas que tejió el BNG de Lores para arrebatarle la alcaldía-. Luego pasó unos años en Madrid, como diputado -sus enemigos se cebaban con él en su calidad de diputado más rico de España-. Ahora ha regresado a Sanxenxo, donde cosechó sus mayores éxitos políticos y asegura que con muchas fuerzas e ilusión. Le harán falta. Tiene un ambicioso pacto de gobierno que cumplir.