El género proteico

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Deebo Barreiro expone en la sala AlterArte del Campus de Ourense
Deebo Barreiro expone en la sala AlterArte del Campus de Ourense Santi M. Amil

Interesante proyecto fotográfico de Deebo Barreiro en la sala AlterArte

12 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Era amor a primera vista, a última vista, a cualquier vista». Vladimir Nabokov.

La Sala AlterArte, espacio expositivo del Campus de Ourense de la Universidad de Vigo, especializado en mostrar las propuestas más innovadoras de artistas emergentes en su mayor parte, constituye un espacio dinámico abierto a las expresiones más personales. Dentro de la programación establecida en Estado Crítico, 12 curadores, 12 artistas, presenta la propuesta fotográfica Ocupar un corpo, de la artista Deebo Barreiro y del curador Vítor Nieves, coordinador del Premio Galicia de Fotografía contemporánea y director artístico del festival Outono Fotográfico, entre otros proyectos.

Deebo Barreiro fue becada por la Escuela Lens de Artes Visuales para cursar el Máster MAPA y actualmente realiza un doctorado en la Facultad de BBAA de Cuenca UCLM con la tesis titulada La influencia de la pornografía queer y feminista en el panorama artístico contemporáneo español. Con la exposición Ocupar un corpo plantea un proyecto específico para la Sala Alterarte con una disposición del espacio-camino que parte del exterior y nos introduce, bajo la perversión curiosa del voyeur, en la intimidad de lo reservado.

El cuerpo como territorio dinámico, plataforma de extensión tecnoviva en las interacciones actuales de sujeto y objeto. El cuerpo como tránsito, actor y sujeto paciente, escenario y experiencia, objeto de consumo que convierte al sujeto en todo conectado y analiza los mecanismos de poder y control sobre un organismo tecnovivo, reflexionando sobre el concepto de tecnobiopoder acuñado por la filósofa feminista Donna Haraway.

Los escritos en los que Eve Kosofsky Sedgwick atomizaba los estereotipos de género reventaron el sistema binario establecido y consolidado en una identidad basada en el sexo definido por los genitales. Como cita Nieves, los textos de esta autora son precursores de la teoría queer, que vincula sexualidad y capitalismo en el sentido de la propiedad del cuerpo. Renuncia al proyecto reproductor de inseminadores o gestadoras, bio-operarios activos de una sociedad productora de flujos.

Constituye un posicionamiento crítico frente a los prejuicios de la sociedad, que impone una única identidad sexual normalizada, excluyendo todas las alteridades del individuo que quedarían minorizadas.

Frágiles son los hilos de las convicciones que oprimen nuestro caparazón de marioneta y es en los huecos donde se diluyen los estereotipos y clichés sobre los que reacciona Deebo. Lo hace a través de los poderosos retratos formulados con rigor clásico de panteón grecorromano e intención anticlásica de la imagen convertida en icono y desinhibida, amoral y ensimismada en la forma que se presenta y reserva en su intimismo, expuesta como una experiencia material en la disforia de género que describe como discordancia entre identidad y sexo biológico sin identificación del sujeto por el cuerpo como pertenencia.

Dialéctica entre identidad, ipseidad y mismidad. Una construcción dinámica desde una reformulación de la alteridad sexual remitiendo a las consideraciones de Ricoeur, ampliando con las aportaciones de la teoría feminista, tematizado en lo Otro de lo masculino para la cultura patriarcal como señaló Simone de Beauvoir, argumento ideológico para legitimar la subordinación de las mujeres y de otros colectivos definidos diferentes.

Deebo resalta la construcción de la identidad en el mapa del cuerpo habitado, material orgánico para superar las lecturas esencialistas de lo femenino y lo masculino. Plantea las acciones como procesos de intercambio bidireccional e iconoclasta en las performaciones como expresión de las otredades. Los retratos que construye parten de una democratización de la imagen con una plasticidad insólita, interviniendo en la intimidad del espacio reservado al modelo enfrentado y descubierto tras una peripecia laberíntica que parte del espacio exterior y conquista el interior. Retratos en paracinematográfico plano 3/4 sobre fondo plano con modelado escultórico favorecido por la iluminación y el punto de vista. En el descubrimiento de lo artificial, el ojo tránsfuga encuentra la trampa del simulacro oculto en el cuarto oscuro de lo prohibido y artificial. Es furtiva la mirada que le convierte en voyeur en la fotografía más interesante y provocadora de la exposición y que reflexiona sobre lo aludido y su representación, la plasticidad erótica de la parafernalia que identifica genitales con prácticas y juguetes sexuales en la confusión de la naturaleza artificiosa de la representación.