En el 2013 el Concello de Ourense pidió una subvención a la Xunta, que le fue denegada, para soterrar tendidos en la capital
14 ago 2014 . Actualizado a las 07:25 h.A veces pasan desapercibidos. Pero basta con detenerse y mirar para arriba para comprobar que en la capital existe una gran cantidad de zonas en donde el cableado de los edificios se multiplica en la altura y en sus fachadas. Ocurre, sobre todo, en las casas antiguas y en las zonas del rural ourensano, pero también invaden buena parte del casco antiguo de la capital, en casas casi derruídas y en otras por donde es habitual el paso de gente, al tratarse de la zona de los bares y locales nocturnos. A la parte que tiene que ver con el feísmo se une, además, la de la seguridad. En algunos casos los cables se encuentran a la altura de los viandantes, enredados; o sujetados a postes de madera que parecen no poder tenerse en pie por más tiempo.
En el año 2012, la consellería de Industria incluyó a Ourense entre los dieciséis municipios de Galicia que recibirían una ayuda para soterrar los cables peligrosos. En concreto, el 80 % de algo más de 140.000 euros que servirían para solucionar el problema con el que convivían los vecinos de Covadonga. Una subvención rechazada por el gobierno municipal que alegó falta de tiempo para llevar a cabo el proyecto. Y aunque el Concello volvió a solicitar estas ayudas el año pasado, en esta ocasión no pasó el corte, por lo que quedó fuera de las ayudas de la Xunta.