La ilusión pudo con la lluvia

J.M.G. / J.B. / C.P. OURENSE/O BARCO/O RIBEIRO

OURENSE

XABIER NOVO

La cabalgata de Ourense se redujo a las carrozas y en varias villas las comitivas quedaron suspendidas No pudo llover más, pero aún así, el agua no apagó la ilusión de los niños ourensanos que esperaron la llegada de la cabalgata en las calles de la capital alimentando el bullicio urbano bajo los paraguas y los chubasqueros. A punto estuvo de suspenderse la comitiva pero al final salió, eso sí, sólo con las tres carrozas reales más la de Caixanova y el viejo coche de bomberos. Hubo que prescindir de las bandas musicales y del cortejo de decenas de personajes bíblicos e infantiles.

05 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Los Magos se bajaron del tren en la estación ourensana donde no cabía un alfiler. Hacia las seis de la tarde, la calle Curros Enríquez quedó cortada al tráfico llenándose de paraguas las aceras. Nada más verse al fondo los destellos del coche de la policía local, algún pequeño no sabía cómo ponerse ante la emoción. Lo que menos importaba era la lluvia constante. Poco a poco fueron apareciendo las majestuosas carrozas con Melchor, Gaspar y Baltasar, seguidas de una corona de tres puntas que aportó Caixanova, la charanga Santiago Apóstol y el coche de los bomberos cerrando el tren Chú-chú. El ambiente en el centro de la ciudad no estuvo mal para semejante climatología. Los Magos sembraron las calles de caramelos, repostaron en el cruce de Concelo con Juan XXIII más cajas de caramelos y siguieron hacia la Praza Maor donde no faltaron los vivas a Sus Majestades que accedían al lugar en un ambiente de penumbra iluminado sólo por las luces decorativas navideñas de los soportales y del Concello y las del árbol gigante. Acabada la cabalgata, los Magos adoraron al Niño, saludaron a su público y les hablaron desde el balcón principal. después hubo un espectáculo de pirotecnia. Al mismo tiempo, los reyes entregaron ayer en Rairo y en Os Remedios regalos para los doscientos residentes del asilo y para los cuatrocientos niños congregados en el pabellón. Al resto de los pequeños les entregaron sus presentes durante la noche en sus casas.