SpaceX, menos risas

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

JOE SKIPPER | REUTERS

27 abr 2023 . Actualizado a las 11:16 h.

Seguí en directo por internet el lanzamiento de Starship, la nave y el cohete de SpaceX que se convertirá en el primer lanzador orbital 100 % reutilizable, y me sorprendieron las caras alegres e incluso risas de los presentadores cuando las dos etapas explotaron en el cielo de Florida a 35 kilómetros de altura, dejando una estela que me recordó a la del desastre del Challenger. Desde el principio era obvio que algo no marchaba bien y podían apreciarse seis puntitos apagados en la base del cohete, correspondientes a otros tantos motores Raptor (lleva 33) que habían fallado; y, tras no poder separarse la nave y ponerse a dar vueltas sin control, el programa de vuelo decidió activar los mecanismos de destrucción.

La cara de Elon Musk era un poema, por más que en la retransmisión insistieran en que la prueba había sido un éxito y él mismo reconociera que «aprendimos mucho para el próximo lanzamiento en unos meses». A nadie le gusta ver cómo se volatilizan en un instante decenas de millones de dólares que has puesto de tu bolsillo, y menos si tienes una cámara de televisión que te está enfocando. Pero las felicitaciones se sucedieron e incluso Bill Nelson, administrador de la NASA, tuiteó: «Cada gran logro a lo largo de la historia ha exigido cierto nivel de riesgo calculado, porque con un gran riesgo viene una gran recompensa». Esa es la clave. La carrera espacial es una aventura que nunca terminará de contarse y cada paso supone un increíble cúmulo de dificultades y el riesgo de que todo salte por los aires. El fracaso, a veces con pérdida de vidas humanas —como ocurrió con el Apolo I en 1967 o con los transbordadores Challenger y Columbia—, es necesario para avanzar. Ayer mismo se perdió el contacto con la sonda japonesa Hakuto-R en el descenso final a la Luna, cuando iba a convertirse en el primer artilugio de una empresa privada que aterriza en el satélite. ¿Fracaso o aprendizaje?

SpaceX se fundó en el 2002 y ya ha conseguido llevar astronautas a la Estación Espacial a bordo de su cápsula Dragon, poner en orbita satélites gracias a sus cohetes Falcon (el último, de la compañía española Sateliot, dará conexión 5G en todo el mundo) y, ahora, ha hecho despegar un monstruo de 140 metros de altura y 9 de diámetro. Así que más respeto.