Patatas

Carmen Reija FARMACÉUTICA Y DIVULGADORA SANITARIA

OPINIÓN

Ana García

11 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Estos tubérculos de la planta Solanum tuberosum pertenecen a la familia de las solanáceas, formando parte de la cultura gastronómica de varios países en los que constituyen la base de la alimentación. Existen diferentes especies que se cultivan en distintas zonas del planeta, con interesantes propiedades para la salud.

De su composición química puede destacarse que son ricas en carbohidratos (almidón), contienen mucha agua, fibra, minerales (potasio, calcio, magnesio y fósforo) y vitaminas (C y del grupo B), si bien su contenido graso es mínimo. El almidón que contienen se utiliza como fuente de energía para el buen funcionamiento del organismo y es también interesante su contenido en potasio a nivel cardiovascular (para la hipertensión) y muscular (para reducir los calambres).

Muchas de sus propiedades se encuentran en la piel, por lo que se recomienda cocinarlas con ella siempre que se trate de las denominadas «patatas nuevas», que son las de la cosecha. Hay que tener especial cuidado con la solanina presente en las patatas verdes, pues se trata de un alcaloide que puede causar intoxicación si se consume en gran cantidad, manifestándose horas después de haberlas ingerido.

La cantidad de calorías que aportan varía en función de su preparación. Como ejemplo, para 100 gramos de patatas, cocidas con piel, serían 66 calorías; sin piel, 77 calorías; asadas con piel, 85; en puré, con leche y mantequilla, 104, y fritas en aceite, 160. Es importante que elija cómo consumirlas, para evitar el incremento calórico sin tener que renunciar a comerlas.

Compre las de temporada y consérvelas en lugar fresco, seco y no totalmente oscuro, sin amontonarlas en exceso y procurando usarlas pronto para evitar que germinen. Antes de cocinarlas, lávelas con agua para eliminar la tierra de la monda y separe una capa muy fina al pelarlas para aprovechar todos sus nutrientes.