Agroalimentario: hay oportunidades de financiación y viene el Perte

Jose L. Saco Sierra y Domingo García Coto MIEMBROS DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA DELEGACIÓN DE GALICIA DEL INSTITUTO DE ANALISTAS Y LA FUNDACIÓN DE ESTUDIOS FINANCIEROS

OPINIÓN

María Pedreda

13 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Retos tradicionales como la competitividad o nuevos como la digitalización o la sostenibilidad (suministros y medio ambiente), todos ellos relacionados, deben ser abordados, y financiados, por un sector agroalimentario que se posiciona como el tercero más relevante de la economía gallega por valor de la producción.

Los apoyos financieros disponibles existen, están ahí, reflejando el creciente interés de entidades e inversores sobre un sector en el que Galicia y España están bien posicionados en el contexto europeo. Desde la tradicional financiación bancaria en la que algunas entidades como Banco Sabadell ya proporcionan líneas muy adaptadas a toda la cadena de valor del sector agoalimentario, a fórmulas de capital-riesgo y créditos participativos a través de los fondos que gestiona Xesgalicia, pasado por el acceso a financiación a través de mercados de capitales (cotizar en BME Growth o emitir pagarés o bonos en el Mercado Alternativo de Renta Fija) que ya utilizan algunas relevantes compañías gallegas.

En un horizonte ya muy cercano, el Perte agroalimentario y las problemáticas que genera su desarrollo. Cabe recordar que el Perte es una figura exclusiva de España para la gestión de los fondos europeos dirigidos a proyectos empresariales, que no favorece por su compleja tramitación la participación de los agentes a los que van dirigidas las ayudas. Son recurrentes las quejas sobre los costes y plazos necesarios para aglutinar los diferentes partícipes y planificar los correspondientes proyectos. La tramitación se antoja compleja y solo al alcance de verdaderos especialistas. Los proyectos susceptibles de ayuda deben cumplir diferentes condiciones, las principales referidas a la colaboración de diferentes empresas (grandes y pymes) de ámbito supraautonómico, consorciadas para abordar un proyecto tractor que aborde inversiones relacionadas con la competitividad (digitalización), la sostenibilidad (innovaciones y mejoras tecnológicas) o la trazabilidad y seguridad alimentaria. La tramitación de las ayudas la centraliza el Ministerio de Industria y el volumen presupuestado de potenciales ayudas alcanza los 310 millones de euros en forma de subvenciones directas y 400 millones de euros en préstamos a interés 0%.

Así pues la oportunidad de participar en la gestión de estos fondos solo procede, obviamente, si existen proyectos a los que dirigirlos, y ahí es donde se hace imprescindible el impulso promotor público que identifique, dinamice y coordine acciones que se adapten a las necesidades de desarrollo del territorio y señalicen el camino a la esfera privada. El papel de las administraciones no debe ser pasivo dada la complejidad de los proyectos y procesos. Tampoco ayuda a los objetivos perseguidos el hecho de enzarzarse en discusiones sobre la gestión de los mismos.

El tiempo apremia y así lo reconocieron los participantes en el interesante foro que auspició hace pocos días en A Coruña la delegación de Galicia de Instituto de Analistas (IEA) en colaboración con la Cámara de Comercio y varias destacadas compañías y organismos públicos.