¿Qué coche me compro?

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Santi M. Amil

26 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchas personas me preguntan qué coche deberían comprar (o si deberían cambiar de coche) y la verdad es que no sé qué contestarles. Justo cuando hay más opciones que nunca a la hora de elegir un vehículo y motorización —desde los de combustión de toda la vida a los cien por cien eléctricos, pasando por los híbridos, híbridos enchufables, microhíbridos, eléctricos de autonomía extendida (REEV, por sus siglas en inglés), gas licuado de petróleo (GLP), gas natural comprimido (GNC)... ¡hasta hay automóviles con la opción de montar placas solares en el techo!—, mayor es la incertidumbre y la indecisión. Y esta situación se está dejando notar en los concesionarios, que ven cómo la gente no se decide a comprar un coche e incluso los jóvenes han dejado de considerarlo sinónimo de libertad y una de sus prioridades vitales.

Quizá, si una ministra no hubiera alertado de forma irresponsable de que «el diésel tiene los días contados» cuando todavía faltaban (y aún faltan) muchos años para el fin de este combustible, la gente habría seguido comprando coches de gasolina y de gasoil, con motores modernos, tecnológicamente avanzados y de bajas emisiones. Y quizá, si la misma ministra y su Gobierno se hubieran preocupado de ampliar la red de puntos de carga de vehículos eléctricos, la cifra de matriculaciones de estos últimos sería muy superior al irrisorio 3,79 % con que se cerró el 2022.

Mi recomendación: si viaja mucho, compre un diésel o un gasolina, podrá pasar de largo las estaciones de servicio, entrar en el núcleo de las ciudades aunque sean zonas ZBE (si aparca en un párking público) y seguirá usándolo después del apocalipsis del 2035. Si no tiene garaje ni vive en Noruega, lo mismo, puede esperar sentado a que Ribera le ponga un enchufe delante de su casa. Si circula mucho por ciudad y alrededores, un híbrido o un eléctrico, preferiblemente de tamaño compacto (fíjese en el peso, cuanto más ligero, mejor), son los más eficientes. Si no lo tiene claro haga un renting, pagará un poco más pero se olvidará del mantenimiento y de hacer frente a las averías. Y si su coche actual todavía va bien y le da servicio, pues siga con él, aunque tenga más de una década. Más viejo es usted y la única obsolescencia es la que se resuelve en las urnas, cada cuatro años.