¿Por qué es difícil estudiar?

Cristina Gufé
Cristina Gufé AL DÍA

OPINIÓN

Quique García | EFE

10 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchas las personas que en algún momento han encontrado dificultades con los estudios. Las causas pueden ser varias: falta de motivación, inadaptación a la vida escolar —que suele ser restrictiva—, o no haber aprendido a leer bien. Es un problema de comunicación. Una minoría de jóvenes son visionarios: intuyen que, a pesar de los inconvenientes, algo valioso les aguarda al final y no desisten en el empeño.

Todos los seres humanos desean saber y son inteligentes —casi siempre mucho más de lo que imaginan—. Nadie se arrepiente de lo que aprendió, pero necesitamos apoyos en el camino. Los pedagogos de la antigua Grecia eran los que acompañaban desde los primeros años. El niño y el joven precisan afectividad para hallarse en condiciones de asimilar la tradición cultural. Acumulamos conocimientos a lo largo de la historia que debemos asimilar, algo que se logra tras un largo proceso de enseñanza-aprendizaje.

Es importante que los educadores contribuyan a descubrir los particulares talentos; esto despierta la motivación porque el que aprende sentirá el gozo del crecimiento, el resurgir multiplicador de sus potencias. Los jóvenes a veces se desesperan porque no han podido darse cuenta todavía de que nada en la vida produce resultados inmediatos, les falta paciencia y la perspectiva que propicia el tiempo que aún no han vivido.

Los medios materiales también ayudan, tener una mesa cómoda, por ejemplo, y otras fruslerías por el estilo; pero lo más importante es que algo o alguien despierte en el estudiante la motivación que le dará fuerza para superarse a sí mismo y luchar porque vislumbra el fruto del esfuerzo, la posibilidad de experimentar el placer de conocer lo que le interesa —se dedique o no profesionalmente a ello—, incluso ser un creador que aporte lo que otros tendrán que aprender en el futuro.

No todos los que «saben leer» han adquirido la suficiente capacidad lectora, clave de la metodología. El lenguaje en el estudio es un instrumento, debe llevarnos a los significados no a la repetición de las palabras. Precisamos prácticas paulatinas para mejorar la concentración, algo que se verá favorecido por la atención que recibamos junto con el afecto por parte de los educadores para no interferir en la natural curiosidad que nos caracteriza. Todos debemos creer en las capacidades ilimitadas del ser humano. Así estudiar será menos difícil.