El director Fernando León de Aranoa fue el responsable de Los lunes al sol, película rodada en la ría viguesa y que supuso el primer aldabonazo fílmico que denunciaba el drama del paro. Ahora el número de desempleados en España, a 25 del pasado mayo, es de 3.910.628 personas sin empleo, a las que hay que añadir más de 700.000 trabajadores que estaban en ERTE.
Al dramatismo de los datos debemos añadir que, entre enero y marzo, el número de hogares que tienen a todos sus miembros en paro aumentó en 29.000, hasta alcanzar 1.226.200.
Tras esta primera batería de cifras, la frialdad de los números, las estadísticas sin comentarios nos dicen, nos indican, que tras los datos enunciados hay personas como usted y como yo que sufren la impotencia de no tener ocupación laboral, de que en sus hogares se esté instalando poco a poco la pobreza. Para finales de este año servicios de estudios de la banca, como el de Bankinter, estiman que el paro en España alcanzará el 17 %.
Y pese a los cantos de sirena de las proyecciones gubernamentales con «vivas Cartagena» que anuncian un futuro económico de leche y miel, conviene recordar que el problema del desempleo, pandemia al margen, es en nuestro país estructural, por mucho que en algunos ciclos de bonanza económica levantemos la cabeza de forma transitoria.
2.654.723 españoles residen fuera de España, según datos de enero del 2021. Cerca de un millón de mayores de 50 años (963.200) están sin trabajo, más o menos un 25 % del total de desempleados, que se ha duplicado en los últimos diez años.
El desempleo de los menores de 25 años, un 39,5 %, es el mayor de la Unión Europea, y el salario medio bruto de los que tienen empleo es de 1.319 euros al mes en catorce pagas, pero hay una pléyade de mileuristas y minieuristas que pertenecen a la legión de quienes tienen entre 20 y 36 años. Pues bien, debo señalar que cuatro de cada diez españoles ganan menos de mil euros al mes, un 57 % de la población activa. Son todos los lunes al sol, de lunes a domingo crece el mapa de la desesperación, el drama, la puñalada en el corazón colectivo del paro que se desangra por todas las venas de España y que no sabemos cómo atajar. Es, definitivamente, el sol de los lunes.
De todos los días.