Mascarilla en la playa

Pedro Armas
Pedro Armas LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

EDUARDO PEREZ

28 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En la playa nudista también hay que usar mascarilla. Parece una contradicción, de hecho lo es, pero no por la obligación sino porque en Galicia no hay playas nudistas, hay playas. Las clasificadas como nudistas lo son por el uso y la costumbre, no por ley. En Ancoradoiro, Combouzas, Insua, Baroña o Barra tomar el sol desnudo es una opción, como hacerlo en bañador retro o tanga minimalista. Se trata solo de disfrutar del sol, el mar o la arena, no de defender una filosofía vital. Es bueno para la salud corporal, pues están probados científicamente los beneficios del contacto directo del cuerpo con el aire, la luz y el agua. Es bueno para la salud mental, pues están probados científicamente los beneficios de la aceptación del propio cuerpo, de la relación igualitaria con los cuerpos de los demás, de la percepción de los cuerpos sin connotaciones sexuales y de la no discriminación por estética o fisonomía. En ningún municipio gallego se aplican ordenanzas retrógradas, avaladas por el Tribunal Supremo en contra del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, como ocurre en Barcelona, Murcia o Cádiz, donde pretenden regular la convivencia entre nudistas y textiles acotando espacios, es decir, delimitando cotos.

No es cuestión de opinión, sino de legislación. El escándalo público desapareció del Código Penal en 1995. La Constitución reconoce el derecho a la intimidad y a la propia imagen, también la del nudista. No obstante, algunos se han quedado en aquella circular del Ministerio de Gobernación (1957) que prohibía «cualquier manifestación de desnudismo e incorrección en el mismo aspecto que pugne con la honestidad y el buen gusto tradicionales de los españoles, así como el uso de prendas de baño que resulten indecorosas, como las llamadas de dos piezas para las mujeres y slips para los hombres». Entonces España era la reserva moral de Occidente; ahora guárdenos Dios de los guardianes de la moral, que cada verano reinician su cruzada contra el nudismo para proteger a la familia, especialmente a los niños, víctimas de la desfachatez de la desnudez, cuando los niños son los que menos se escandalizan si ven un cuerpo desnudo y hasta Unicef ha reconocido que es bueno que se acostumbren a la convivencia natural y naturista. Los textiles pueden disfrutar vestidos de cualquier playa, incluidas las denominadas nudistas. Los nudistas pueden desnudarse en cualquier playa, incluidas las denominadas familiares; no lo hacen porque están más cómodos en sus playas habituales, a pesar de la mascarilla.