Derrota del coronavirus y la gestión desastrosa

Jaime Gómez Márquez EN LÍNEA LUCHA CONTRA EL CORONAVIRUS

OPINIÓN

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03 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos viviendo un momento histórico, una revolución provocada por un microorganismo, el coronavirus SARS-CoV-2, que popularmente hemos bautizado como COVID-19, el cual es capaz de provocar el confinamiento de la población a nivel mundial, un desastre económico de consecuencias imprevisibles y un cambio en las costumbres de la población. Espero que los organismos internacionales (OMS, ONU, UE, FMI, etcétera) y los gobiernos nacionales aprendan de los errores cometidos en esta pandemia para que cuando venga la próxima sepan enfrentarse a ella con inteligencia y valentía; los ciudadanos, en su inmensa mayoría, ya hemos demostrado nuestra generosidad y responsabilidad ante un reto como la COVID-19.

La cuarentena no es necesaria para «vencer» al virus, sino para evitar el contagio masivo simultáneo. El virus será «vencido» por nuestro sistema inmune (incluida la ayuda proporcionada por las vacunas) y por el descubrimiento de fármacos que combatan la infección viral. El virus será controlado (probablemente no erradicado) gracias a la investigación científica y a una labor preventiva y asistencial por parte del personal sanitario. Un reciente editorial de la prestigiosa revista Science apoya un esfuerzo coordinado a nivel mundial para desarrollar una vacuna contra el SARS-CoV-2 en vez de proyectos independientes en distintos países. Si esto se hiciese así se salvarían miles de vidas y aprenderíamos a estar mejor preparados para cuando venga la próxima pandemia.

No dudo de la buena intención de nuestros gobernantes para hacerle frente a esta pandemia, pero creo que este gobierno lo está haciendo rematadamente mal, empezando por su presidente que ni convence en sus apariciones televisivas porque ni tiene credibilidad y ni permite ruedas de prensa libres, siguiendo por el vicepresidente Iglesias que da mal ejemplo no respetando la cuarentena y arrastrando al Gobierno por unos caminos más próximos al chavismo que a la socialdemocracia de corte europeo, y finalizando por el dúo Illa-Simón que no han sabido gestionar este gravísimo problema sanitario con eficacia, claridad y sentido común. Es tan intolerable y lamentable la carencia de equipos de protección para nuestro personal sanitario y asistencial que ya solo por eso debería dimitir el ministro de Sanidad. Pero lo más irritante de un presidente superado por la realidad es su incapacidad para reconocer sus errores y bandazos y pedir perdón. Añado también a la ministra Montero que es incapaz de reconocer el error de las manifestaciones del 8-M; no de la exigencia de igualdad. Ella es ahora ministra de todos y todas y el recurso permanente de criminalizar a la derecha no cuela porque los virus no entienden de ideología de género (ni siquiera tienen sexo). La responsabilidad de la gestión de esta pandemia le corresponde al gobierno, no a la oposición que tendrá la culpa de muchas cosas, pero no de promover manifestaciones, o autorizar partidos de fútbol y mítines de algún partido político que fueron fuentes de contagio masivo.

Ante este enorme problema sanitario y social -que mata a muchas personas, que arruina a muchas empresas y autónomos, que envía a muchos trabajadores al paro, que está afectando gravemente a la educación todos los niveles, y que está encerrando a la gente en sus casas- lo único positivo es el comportamiento ejemplar, heroico muchas veces, de todo el personal sanitario, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, de los militares, de los trabajadores de supermercados, de los taxistas y transportistas, del personal de limpieza, etcétera. Un diez para todos ellos y un cero a nuestro Gobierno y a sus palmeros. También es de agradecer la solidaridad mostrada por empresas y personas que están ofreciendo su ayuda económica o material para combatir este caos «coronavírico».

Puedo estar equivocado pero es lo que pienso.