Los vigueses llevamos padeciendo el desencuentro entre la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento desde hace largos años. Un desencuentro tan frustrante como incomprensible ante la necesidad que tiene Vigo, entre otras cuestiones, de renovar la franja costera o solucionar problemas tan elementales como la conexión de las tuberías que desembocan en las partes más bajas de la ciudad y que, de manera indefectible, provocan inundaciones cuando las lluvias son muy abundantes.
La falta de entendimiento entre dos de las principales instituciones encargadas de gestionar los fondos para atender las necesidades de los ciudadanos, como consecuencia de sus intereses partidistas y particulares, no ha hecho sino perjudicar a una ciudad que no solo no puede vivir de espaldas al mar, sino que necesita, de manera urgente e inaplazable, un giro de 180 grados en el enfoque que se debe de dar la relación de ésta con su entorno.
Como viguesa me indigna la forma en la que todos los representantes de las diferentes instituciones han echado balones fuera acusando a los demás en lugar de asumir la parte de responsabilidad que corresponde absolutamente a todos.
Porque lo fácil es escurrir el bulto en relación a lo acontecido la noche del domingo pasado durante un concierto al cual asistían un gran número de jóvenes, que no debió de ser autorizado, pero asumir los errores y pedir disculpas requiere una valentía y un saber hacer políticos de los que no tienen ni idea.
Los que paseamos de manera habitual por esa zona sabemos que el mantenimiento es muy deficiente.
Desde las losas de granito rotas por el tránsito de vehículos donde debería de estar prohibido o, por lo menos, muy, muy restringido hasta el estado de los pilotes que sustentan las pasarelas de madera, todo requiere mantenimiento y revisión constante para reparar los daños por el uso y la proximidad del mar.
Seamos positivos en medio de la desgracia y confiemos en que esta suceso, al menos, sirva no solo para judicializar el enfrentamiento sino para que, los responsables se sienten a trabajar de manera conjunta porque tienen que pensar y actuar en beneficio de todos los vigueses, sean o no sus votantes.