Como cada año por estas fechas, los medios de comunicación llenarán sus páginas con fotos que nos ilustren el resumen gráfico del año. Veremos, sin duda, imágenes del reciente atentado en Pakistán o del conflicto bélico en Crimea. En España, los testimonios gráficos nos recordarán la crisis del ébola, la aparición de Podemos, la rapiña de la familia Pujol o el desafío catalán. Si lo piensan, nada muy diferente de años anteriores.
Tal vez por eso, si yo tuviera que elegir la imagen del año me quedaría con una foto de Paco Rodríguez, publicada hace unos días por La Voz, que ilustra una información sobre un estudio que avala que el consumo de grelos y berzas ayuda a prevenir el cáncer. En concreto, la información hace referencia a que ambos alimentos tienen una concentración elevada de compuestos anticarcinogénicos exclusivos de esa familia de plantas. Los resultados del estudio reflejan también que, en el caso del cáncer de próstata, determinados isotiocianatos presentes en los grelos podrían ser empleados en el tratamiento contra esta enfermedad, como potenciadores del fármaco quimioprotector y antitumoral.
Pero si la noticia es importante, la foto es extraordinaria y es de justicia dedicarle un comentario. Nos muestra una paisana gallega con un gran manojo de grelos en la cabeza, a modo de peinado rastafari o tocado de Ascot, de la que deberían tomar ejemplo los seguidores de Bob Marley. La imagen se presta a una reflexión sobre la situación de la agricultura gallega, ya que todo el peso del sector recae en la cabeza de nuestras agricultoras, pero no quisiera aburrirles con cosas serias en estas fechas.
Seguro que más de una vez han oído preguntar cómo se explica la longevidad de nuestros paisanos cuando su dieta se ha basado fundamentalmente en productos derivados del cerdo; pues ahí tienen la explicación. En un país en que al borde de la carretera, por ejemplo entre A Coruña y Santiago, nos ofrecen anticancerígenos y antioxidantes en manojos, la larga vida está garantizada. Nuestras cunetas son farmacias estacionales, sin receta, que velan por nuestra salud. ¿Para cuándo el año internacional de los grelos y las berzas?
En las casas gallegas nunca falta una cunca de caldo de berzas y en nuestros barcos son imprescindibles las latas de grelos para el cocido en alta mar. Nuestros restaurantes de élite nos ofrecen canelones de grelos o revueltos de berzas con gulas, y los grelos con chorizo son un recurso extraordinario en la mesa de muchas familias. Un país que nada en glucosinolatos, vitamina C, calcio y hierro no puede ir mal.
Volviendo al principio, recomiendo a los lectores que acudan a la página web del periódico para ver la imagen que les comento y se detengan en su belleza. Es, para mí, la foto del año porque frente a las imágenes de desastres y corrupción que han inundado los pasados meses, esta nos recuerda que la cabeza de los gallegos puede con todo.