Carnavalada

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

12 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Uniforme verde. Botas altas. Y gafas de sol. Los dos guardias civiles revolotean por la calle con sus motos. Paran un coche. Y empiezan a contonearse como Shakira al ritmo del Waka Waka, pero cantando «¡porque isto é Tráfico!». El 50 % del dúo es de Os Tonechos y el otro 50 % de Mucha e Nucha. El vídeo tiene delito. Pero nadie había considerado que pudiera arrastrar consecuencias legales. El Ministerio del Interior ha decidido prohibir el uso del uniforme de guardia civil para disfrazarse. En pleno febrero borra un clásico de la galería del carnaval que convivía en paz con vaqueros, indios, curas, monjas, médicos, enfermeras, piratas, militares y fantasmas. En el entroido los papeles se cambian sin guion oficial. Es ese paréntesis en el que se aparcan las convenciones, se improvisan personajes y la imaginación retuerce lo real y cotidiano hasta exprimir el jugo de la risa o, al menos, el de la sonrisa. En esos días la parodia es ley y la exageración la norma. ¿Había una demanda social para que el Gobierno se viera obligado a plantear esta medida? ¿Se vulneraban los derechos de un colectivo o se le faltaba al respeto saludando a don Carnal con el tricornio? ¿Se multiplicaban las detenciones ilegales a cargo de falsos agentes? ¿Generaba un problema identitario? ¿Era considerado un problema en España? Desde luego, no figuraba en el ránking de las preocupaciones de los españoles que reflejaba la última encuesta del CIS, esa en la que manda el paro desde hace años y donde raya a gran altura la corrupción gracias a los méritos acumulados. ¿Cuánto esfuerzo y tiempo se invirtió en esa orden publicada por Interior? Demasiado. El ciudadano ya vive en una Cuaresma permanente. Como para que le apliquen recortes al carnaval...