Becas y otras mentiras

Jorge del Corral
Jorge del Corral LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

08 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El derecho básico a la educación está cubierto en España con la enseñanza gratuita y obligatoria hasta los 16 años y con la subvención masiva a la enseñanza pública a partir de ahí.

Entre las mentiras asentadas merced a las estratagemas de varios colectivos y partidos políticos está la de que España tiene que dedicar más dinero a la educación. Pues bien, el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), publicado en junio y que hace referencia a los cursos que comprenden el período 2009-2011, señala que España destina 10.094 dólares al año por alumno en la educación pública, un 21 % más que la OCDE (8.329 dólares) y un 21 % más que la Unión Europea (8.307 dólares). Este gasto es superior en todos los niveles educativos: infantil, primaria, secundaria y terciaria.

El informe de la OCDE desmiente otra patraña: la ratio de alumnos por profesor en España es más baja en todos los niveles educativos que la media de la OCDE y de la UE. Las más bajas están en Italia, Noruega, Suecia y Portugal, y las más altas en Francia, Reino Unido, México, Brasil y Chile.

Otra mendacidad al descubierto: ¿a partir de qué nota se debe otorgar beca? Una beca no es un derecho, ni mucho menos universal y básico como la educación gratuita y obligatoria; una beca es una prebenda que recibe del Estado quien carece de recursos económicos para pagarse unos estudios y como reconocimiento a su mérito y esfuerzo continuado y evaluado. La equidad no está en equiparar a ese estudiante con el que tiene posibles y aprueba con un 5, sino en que el becado obtenga su título con buenas notas porque será la mejor garantía de que encontrará trabajo, frente al que ha aprobado a trompicones. A este último le seguirán ayudando sus padres, mientras que al primero, financiado con impuestos por los ciudadanos, lo que le abrirá las puertas profesionales será la excelencia de su documento. Por eso es preocupante que hayan sido los rectores los que más se han opuesto al 6,5 como nota de corte para una beca. Ellos son los culpables de que ninguna universidad española esté entre las 200 mejores del mundo.

En esto de la excelencia nuestros males empiezan con la definición que hace el DRAE de beca: «Subvención para realizar estudios o investigaciones», frente a las dos del diccionario Oxford que se concretan en: «Consecución de logros académicos» para obtención de una ayuda. En una palabra, para los españoles es un subsidio y para los sajones un incentivo. Aquí está la diferencia y en ella las razones de nuestra mediocridad educativa.