Fallarás cuenta su desahucio

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen AL DÍA

OPINIÓN

03 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cristina Fallarás cuenta con enorme valentía su propio desahucio en el libro A la puta calle, que es también, por cierto, el título de una magnífica canción de Luis Farnox. El subtítulo del libro es Crónica de un desahucio. El libro es bueno por dos razones. La primera razón se basa en la alta profesionalidad literaria de su autora, que ha demostrado en los muchos artículos que en los últimos años ha publicado en diarios y revistas. Y también se basa en la calidad de sus novelas Rupturas y No acaba la noche, que, como me dicta Menéndez Pelayo desde su tumba de la catedral de Santander, no son los únicos libros que esta autora, nacida en Zaragoza, ha publicado. La segunda razón del impacto que causa A la puta calle nos la dio el griego Yorgos Seferis en el poema Domingo, hace ya 80 años, cuando escribió que prefería una gota de sangre a un vaso de tinta. Todos los desahucios están escritos con sangre porque tanto los Gobiernos del PSOE como el actual del PP han consentido que una banca dirigida por bandoleros impusiera en los contratos hipotecarios unas cláusulas leoninas -con unos intereses de demora disparados al Himalaya y una escurridiza dación en pago- que la UE ya ha obligado a cambiar a nuestro Gobierno. Cristina Fallarás es la primera mujer galardonada en Gijón con el Premio Hammett de novela negra por Los niños perdidos. Hay que regalarles A la puta calle a los directores de nuestros bancos.