Semana negra

OPINIÓN

09 abr 2012 . Actualizado a las 10:03 h.

Semana Santa negra. Los mercados dan un no rotundo a los Presupuestos de Rajoy, que estaban destinados a convencerlos y calmarlos, y se ceban con la deuda española. El Tesoro paga tipos de interés más altos en la subasta de bonos. La prima de riesgo se dispara por encima de los 400 puntos y la Bolsa se desploma. El presidente del BCE, Mario Draghi, exige más reformas y el oportunista Sarkozy compara a España con Grecia para descalificar las políticas de Zapatero y dañar así a su rival Hollande. Aunque ese cruel testigo que es la hemeroteca registra que el año pasado alabó la «valentía» de las medidas adoptadas por el anterior presidente. Ante este panorama desolador, y una vez más Rajoy desaparecido, Luis de Guindos comparece para tratar de apagar el fuego y atribuye el acoso de los mercados a las dudas sobre el crecimiento de Europa. Ya no es un problema «estrictamente español». Pero el ministro de Economía no solo hace de bombero de cara al exterior sino también de pirómano en casa, al anunciar reformas -que en la neolengua gubernamental equivalen a recortes- en educación y sanidad en un diario alemán, siguiendo esa costumbre de contar fuera lo que se va a hacer dentro, que muestra claramente para quién se gobierna. Aquel escenario idílico que pintó el entonces líder de la oposición, la súbita recuperación de la confianza una vez apartado Zapatero, se ha desvanecido. La palabra maldita, rescate, vuelve a sonar con fuerza. Todas las miradas se han vuelto hacia España como el gran problema de la zona euro. El Gobierno insiste en que sus recetas harán que se recupere la confianza. Pero a medio plazo. Veremos.