Empleadas de hogar

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen LÍNEA ABIERTA

OPINIÓN

16 ene 2012 . Actualizado a las 04:23 h.

El empleo doméstico, que en no pocas ocasiones es pariente muy próximo de la esclavitud y que es desempeñado casi exclusivamente por mujeres, ha dado un paso de gigante al lograr por fin unas condiciones laborales que lo han dignificado. Esta mejoría de condiciones laborales y de cotización en la Seguridad Social equiparable al de otros sectores necesita, sin embargo, dar algunos pasos más. Desde ahora cualquier trabajo doméstico -e independientemente del número de horas trabajadas- generará un contrato escrito que, hasta ahora, por lo general, era solo verbal. La retribución no deberá ser inferior al salario mínimo, que ronda los 650 euros mensuales. Una novedad de extrema importancia es que el empleador deberá cotizar por la empleada de hogar desde la primera hora trabajada y no, como hasta ahora, a partir de las 20 horas semanales. Otra mejora económica conllevará que las trabajadoras, que solían recibir dos medias pagas anuales, percibirán dos pagas extraordinarias al año. Los sindicatos han considerado, y con razón, un logro histórico este nuevo marco laboral que afectará a unas 700.000 personas que trabajan en el servicio doméstico. El punto débil de este nuevo marco laboral es que estas trabajadoras seguirán careciendo de protección por desempleo.