«No es que uno se vuelva del todo formal, es que pierde fuerzas»

CULTURA

MARTINA MISER

Se reunieron Los Enemigos en el 2012 para dar un par de conciertos y llevan tres años sin parar. El sábado, en Castrelos

28 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Está Josele de buen humor. Hasta no hace demasiado, la incertidumbre y el desasosiego eran las sensaciones previas a una entrevista con el frontman de Los Enemigos. Hoy no. Hoy derrocha simpatía y ganas de tirar para delante con lo que siempre ha hecho mejor, componer grandes canciones de rock e interpretarlas con su grupo de toda la vida. Bueno, de toda, menos diez años.

-¿Lo de aquella separación ya está superado del todo?

-La respuesta del público nos ha obligado a ello. De hecho, si sacamos el nuevo disco fue para intentar que no se perdiera toda esa energía que nos está devolviendo la gente desde abajo. Y ahora toca pasearlo, que es lo suyo.

-Separase aquellos diez años, ¿supuso una liberación?

-En aquel momento no tenía sentido estar en Los Enemigos de cuerpo presente y con la cabeza en otro lado. Así que lo dejamos, dimos rienda suelta a nuestras inquietudes individuales y ahora hemos vuelto, pienso que con dignidad. No creo se pueda decir que Los Enemigos estemos ahí molestando.

-¿Ve grupos nuevos en España que puedan llegar a tomar el relevo en el panorama musical?

-Ni en España ni fuera. Tampoco es que busque mucho, eso es verdad. Pero bueno, a mí me gusta el rock and roll y eso parece que ya no chuta. Los chavales prefieren la bicicleta.

-Usted ha escrito que la autodestrucción alimenta el mito. ¿Fue eso lo que sucedió en alguna etapa de Los Enemigos?

-Por suerte no fue del todo así, pero sí que hubo un tiempo en el que llevábamos una vida muy poco saludable. Ocurre que, luego, no es que uno se reforme o se vuelva formal, es que pierde fuerzas. Y si quieres seguir en la música tienes que procurar estar en forma. De lo contrario, el espectáculo es un poco lamentable.

-¿Cómo se llevan después de tantos años las horas y horas de furgoneta?

-A mí me sigue gustando la carretera. Pero este fin de semana, por ejemplo, hemos hecho más de dos mil kilómetros y ya no está el cuerpo para esos trotes. Eso le quita algo de romanticismo pero es el tipo de vida que nos gusta.

-¿Qué supone para Los Enemigos volver a tocar en Castrelos?

-Tocar en Vigo para mí es como jugar en casa, porque estuve viviendo allí una temporada larga y allí están un montón de amigos. Castrelos es muy grande y, además, al ser gratis, la gente viene con una caña que te pasa. Así que habrá hacer un repertorio, pues eso, cañero. Más que una presentación del disco intentaremos que sea una fiesta enemiga.