Aún se hacen coches diferentes

Por Juan Ares

MOTOR ON

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07 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La creatividad en el automóvil pasaba por horas bajas en pleno auge de los coches SUV, esos armarios con ruedas que ahora todos queremos en nuestro garaje. Ni siquiera sus siluetas cupé nos ayudaban a diferenciarlos unos de otros.

Las cosas cambiaron un poco con la llegada de los eléctricos. No tanto de los SUV, que seguían las pautas de los de combustión, sino con la eclosión de los eléctricos urbanos, coches más pequeños y accesibles hechos para ciudad, pensados para seducir no solo a las familias sino también a los jóvenes, para los que el diseño es muy importante.

Modelos como los revival de Renault con el R5 y el R4 E-Tech, el Hyundai Inster, el Nissan Micra, el Lancia Ypsilon o el Kia EV3 muestran una osadía estética que echábamos de menos hace mucho tiempo. Suponen un soplo de aire fresco, una apuesta por la creatividad, por buscar soluciones diferentes que enganchen de nuevo a los clientes, que todavía no quieren darle la razón a Pere Navarro cuando dice que el transporte público será el único modo de acceso a las ciudades (vaya disparate por parte de alguien que lleva años cobrando como director general de Tráfico).

Hace pocas semanas se han conocido las primeras imágenes del Renault Twingo, que vemos en la foto, que sigue los pasos de sus hermanos R5 y R4 y que se inspira en el modelo que en 1992 inundó las ciudades europeas. Y lo cierto es que el nuevo modelo se parece muchísimo al original, con la natural evolución tecnológica ya que es un coche eléctrico.

Pero este Twingo es un ejemplo de lo que los diseñadores de automóviles pueden hacer cuando les dejan las manos libres, tal y como declaró Paula Fabregat-Andreu, la española que dirige el diseño de los coches pequeños en Renault, como el R5 o el nuevo Clio y ahora este Twingo.

Si a un diseño atractivo, desenfadado y osado se une un precio razonable —el Twingo anuncia que estará por debajo de los 20.000 euros sin ayudas— podremos aclarar el futuro del automóvil, sobre todo para los jóvenes, que veían lo de tener un coche como un objetivo inalcanzable o, en el mejor de los casos, se ven abocados a modelos de ocasión con más de veinte años.

Este soplo de aire fresco es muy necesario en la coyuntura actual del automóvil europeo, donde las marcas chinas afianzan su invasión con modelos cada vez más atractivos en cuanto a diseño y acabados.

El diseño puede paliar el desencanto de muchos conductores obligados a conducir coches eléctricos o híbridos contra su voluntad. Tener un coche divertido, un coche colorido, un coche cómodo y con gadgets interiores puede convertirse en una nueva referencia, alejándonos de la ya obsoleta falacia de que si no tienes un gigantesco SUV en el garaje no eres nadie.