China: El gigante se expande por el mundo

María Puerto PEKÍN

MERCADOS

La automovilista Chery aterriza en España para ensamblar coches eléctricos. Es el último ejemplo de como el país asiático mira hacia el exterior para exportar y fabricar.

28 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

 China sale al exterior para optimizar sus cadenas de logística, reducir costes de producción y llegar más fácilmente a nuevos mercados. Pero también pretende evitar sanciones o esquivar aranceles al vender desde terceros países. Los riesgos geopolíticos, y especialmente la guerra comercial con EE. UU. que se ha traducido en sanciones para sus tecnológicos y otros productos, han acelerado la decisión de fabricar en el exterior. China, conocida como la fábrica del mundo, da el salto y expande su producción por los cinco continentes.

El acuerdo anunciado el 19 de abril concreta que Chery, en colaboración con Ebro-EV Motors, se instalará en la antigua fábrica de Nissan de Barcelona. La compañía china acoplará el modelo de coche eléctrico Omoda 5. El objetivo es recuperar unos 1.250 trabajadores directos y llegar a fabricar 150.000 vehículos en el 2029.

De esta forma, la automovilística abrirá su primera fábrica en Europa, pero solo montará el coche, las piezas, de momento, se seguirán produciendo en China. La empresa se instala en un momento en que desde la UE se ha puesto el foco en la competencia de los coches eléctricos chinos. Se acusa a China de ayudar con subsidios a sus fabricantes para que puedan competir con precios más baratos.

Está por ver si los coches que salgan de las antiguas instalaciones de Nissan se consideraran productos europeos y podrán esquivar los aranceles que posiblemente se impongan a los vehículos chinos. BYD, el mayor fabricante chino de coches eléctricos ya tiene plantas operativas en Uzbekistán y está construyendo plantas en Tailandia, Brasil, México y Hungría.

La experiencia de los años de pandemia, que pusieron en jaque las cadenas de suministro, también ha empujado a las empresas del gigante asiático a deslocalizar.

Las compañías manufactureras han encontrado en países del sudeste asiático una forma de reducir costes, ya que los salarios son más bajos que en China y además les acerca a otros mercados. Vietnam, Malasia, Indonesia o Bangladés son algunos de los destinos. Especialmente en Bangladés se fabrica mucha producción textil, en el 2022 atrajo 770 millones de dólares de inversión directa china. Los salarios en las fábricas de ese país representan una quinta parte de lo que se paga en la provincia de Guangdong, el epicentro de las manufacturas chinas.

India, la nación más poblada del mundo, atrae a los fabricantes chinos no solo por su mano de obra, también por su amplio mercado compuesto básicamente por gente joven. Es por lo que fabricantes de móviles, como Vivo y Oppo, han instalada allí plantas de producción, al igual que el fabricante de automóviles SAIC.

Tailandia ha sido el destino de fabricantes de placas solares, como JinkoSolar. Además de costes más bajos, las empresas pueden exportar directamente a otros países sin sufrir por posibles sanciones comerciales impuestas a China.

México se ha convertido en una pieza clave para entrar en el mercado de EE. UU. Las empresas chinas han hecho una gran inversión en la ciudad de Monterrey. Hay parques industriales como el de Hofusan, desarrollado con capital chino y mexicano.

Fabricantes de muebles, automóviles, placas solares o productos tecnológicos se han instalado en México creando verdaderos Chinatown. Las automovilísticas JAC Motors o SAIC Motor, los fabricantes de muebles Sunon Furniture, Man Wah Holdings o la tecnológica Hisense son algunas de las compañías establecidas. México tiene un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que reduce aranceles. Las compañías chinas están más cerca de su mercado y pueden utilizar el Made in México, sin que altere las relaciones comerciales entre países.