¿Cuánto cuesta formarse?

IVONNE POUSA

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En las ingenierías -en la imagen de archivo, laboratorio de la escuela de Enxeñaría Química en la USC- la nota media mínima para optar al premio extraordinario es de 7,5
En las ingenierías -en la imagen de archivo, laboratorio de la escuela de Enxeñaría Química en la USC- la nota media mínima para optar al premio extraordinario es de 7,5 SANDRA ALONSO

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que las calles han recuperado el bullicio de niños y padres apresurados por no llegar tarde al colegio, me vienen a la mente recuerdos de esa época tan especial. Los momentos de cuando era yo la niña y me acercaban al autobús para ir al colegio, y el disfrute ahora cuando soy yo quien acompaño a mis hijos a la escuela. ¡Cómo pasa el tiempo! ¡Qué rápido se hacen mayores! ¡Pronto estarán en la universidad!

Quizás puede parecernos todavía algo demasiado lejano, pero los estudios superiores suponen el hito más importante en su formación. Así que tener planificadas las necesidades económicas es un reto para la familia que puede iniciarse prácticamente desde que nace el niño. Sabemos que el coste del colegio supone una carga económica anual, pero el gran desembolso llega con los estudios superiores. El esfuerzo dependerá, cómo no, de los estudios elegidos, el tipo de centro, el lugar donde los realice, etc. Por ejemplo, si es una universidad pública, el esfuerzo será menor. Si además está en la propia ciudad y el alumno puede seguir viviendo en casa, los costes bajan. Y, al contrario, si un estudiante necesita marcharse fuera, a la matricula habrá que sumarle el alojamiento, más caro si es una residencia de estudiantes o más barato si es un piso compartido.

Sin duda, los números se disparan si la formación es en el extranjero, a no ser que se cuente con una beca. Como puede verse, hay muchas opciones, pero queda claro que se trata de una inversión que hay que planificar con tiempo para que el dinero no suponga un límite para el desarrollo profesional y personal de un hijo.

Galicia cuenta con una amplia oferta a un coste más ajustado que en el resto de España. Según el último informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español (2020-2021), publicado por el Ministerio de Universidades, el precio medio por crédito educativo ascendió a 13,9 euros. Solo Andalucía está por debajo con un coste medio de 12,6 euros por crédito en el curso 2020/2021.

Cataluña, en cambio, es la más cara con un precio medio de 27,7 euros por crédito, seguida por Madrid (26,1 euros por crédito) y Castilla y León (22,9 euros). Tengamos en cuenta que un grado consta, como mínimo, de 180 créditos, mientras que un grado superior asciende a los 240 créditos. Lo que, haciendo números, supondría que un grado en Galicia se iría a los 2.500 euros y el superior, por encima de los 3.300.

La experiencia

Por mi responsabilidad en la Zona Norte, viajo a menudo a Bilbao. Allí el doble grado de ADE -Administración y Dirección de Empresas- y la especialización en Finanzas en Deusto -que dura cinco años- puede suponer un coste mensual cercano a los 1.100 euros (y hay que tener en cuenta que son 10 meses por curso). Sin el doble grado, ADE cuesta unos 800 € al mes.

Además, los costes se multiplican en caso de repetir asignaturas, pues entonces los precios son distintos. Para los estudiantes gallegos el coste asciende a los 19,3 euros por crédito la segunda vez; 31,3 si es la tercera ocasión y 39,8 para el cuarto intento. Más asumible que los 141 euros de media que supone la cuarta oportunidad en La Rioja o los 138,8 euros de media en las Islas Baleares.

Hoy en día, los estudios universitarios deben ir acompañados por alguna especialización de posgrado, un máster que pueda abrir caminos profesionales. Aquí, según los datos del Ministerio de Universidades, Galicia es la comunidad más asequible con un coste medio de 9,85 euros por crédito para un máster, lejos de los 40 euros de media de Madrid o Barcelona.

Cuanto antes, mejor

En cualquier caso, no es sencillo mirar a tu hijo recién nacido y pensar en empezar a ahorrar para la universidad y calcular el dinero que se necesitará. Eso sí, es mejor comenzar cuanto antes para establecer una dinámica de ahorro para un momento que tarde o temprano llegará. El tiempo es un gran aliado para lograr el capital necesario para su formación.

Nuestro consejo como asesores es que se empiece desde prácticamente el nacimiento porque, cuanto más tarde se inicie, más recursos y esfuerzo implicará. Lógicamente, más vale comenzar cuando el hijo tiene ocho o diez años que no hacerlo nunca porque siempre será un complemento. Contar con un asesor financiero es un camino para plantear cuál es la alternativa de ahorro más adecuada y establecer un modelo sistemático que nos permita ahorrar de forma constante y al margen de las posibles turbulencias económicas de cada momento. Hasta el momento de la universidad, tenemos tiempo para generar unos ahorros que, adecuadamente invertidos, nos ayudarán a afrontar esta etapa de la vida de una familia.

Al ahorro periódico de los padres podemos sumar esos regalos que los niños reciben de sus abuelos y familiares en cumpleaños, fiestas, Navidades, por las buenas notas… Una cantidad que podríamos canalizar hacia el ahorro. Eso sí, cada niño debe tener su propio plan de ahorro independiente, que se utilizará de forma individualizada para su formación. Hay que tener en cuenta esto, sobre todo cuando existen diferencias significativas de edad entre los hermanos. Y, como siempre, ha de ser un ahorro claramente etiquetado y organizado de manera que no queden dudas sobre la finalidad con la que se ha creado, para no correr el riesgo de acabar diluyéndolo en otros fines.

Por mi experiencia, muchas familias cuentan que la formación académica de los hijos es un objetivo de futuro clave como la vivienda o lograr una pensión mejor. Sin embargo, necesitan ayuda para elegir las mejores soluciones e instrumentos financieros que les permitan crear un patrimonio que sirva de ayuda para costear los estudios superiores.

Si una familia se encuentra, por ejemplo, pagando una hipoteca y coincide que dos de sus hijos están estudiando la universidad, contar con recursos que los ayuden en ese momento es una fuente de tranquilidad. En definitiva, se trata de una cuestión de planificación fundamental porque, para cualquier padre, la formación y el futuro de sus hijos se encuentran, sin lugar a dudas, entre los objetivos más importantes que puedan tener en mente.

Ivonne Pousa es responsable de Banco Mediolanum en la Zona Norte de España