¿Por qué? Porque ha tenido una experiencia tan agradable que no puede elegir otro lugar más que ese para efectuar su compra. Y por eso, como apunta este experto, «las marcas están usando este tipo de metodologías para tratar de provocar mucho más que el acto de compra. Las usan para entender cómo es el consumidor y cuáles son los factores que provocan que acabe tomando la decisión de llevarse el producto a casa».
Ahora, después de haber leído todo esto, dé descanso un momento a la parte emocional de su cerebro y use la parte racional. Recuerde la última vez que salió de compras. ¿Había comido antes? Pues eche cuentas. A ver cuánto gastó.