Apple le coge el gusto a irse de compras

Manuel Varela Fariña
Manuel Varela REDACCIÓN / LA VOZ

MERCADOS

STEPHEN LAM

Tim Cook asegura haber adquirido 25 «startups» este año. Una apuesta por el talento que en las denominadas GAFA puede esconder otros intereses

26 may 2019 . Actualizado a las 05:11 h.

Con lo que ganó Apple en los tres primeros meses de este año, la compañía con sede en Cupertino, California, podría abonar el presupuesto total de la Xunta para el 2019 y aún le quedaría un remanente de 2.000 millones de dólares. En una entrevista reciente a la cadena CNBC, su CEO, Tim Cook, presumió de resultados y explicó cómo repercuten esos beneficios en el futuro de la empresa: «Si tenemos dinero de sobra, compramos todo lo que podamos necesitar y tenga un propósito estratégico. En los últimos seis meses hemos adquirido entre 20 y 25 startups», reconoció.

Echando cuentas, Cook asegura que su multinacional se hace con una firma emergente cada dos semanas. La entrevistadora se queda cautivada ante un movimiento típico entre el resto de competidoras, las gigantes agrupadas bajo las siglas GAFA ( Google, Amazon, Facebook y el propio Apple), pero que no siempre ha sido habitual en la compañía. «Apple ha sido mucho más conservadora en sus compras que Google o Facebook. Adquiere, de media, unas tres empresas desde su fundación en 1976», responde desde Nueva York el especialista en márketing Clark Boyd. Es más, el eterno rostro de la marca, Steve Jobs, describía las compras como un sinónimo de «fracaso» a la hora de innovar.

«Su posición de mercado es única, ya que está basada en la popularidad de su hardware y en su sistema operativo», apunta Boyd para exponer la fragilidad de la manzana mordida en una jungla tecnológica donde cada día nacen posibles competidores. «No las anunciamos», dice Cook sobre las startups con las que se hace Apple. «Buscamos, principalmente, talento y propiedad intelectual».

 El diagnóstico de Boyd coincide con las palabras del CEO. «Hay un claro patrón sobre estas adquisiciones: están centradas en comprar prestaciones específicas que mejoren sus servicios, más que hacerse con competidores y defender su posición de mercado». El analista lo justifica con incorporaciones como la de Texture, una suerte de Netflix en versión informativa que daba acceso a más de 200 revistas y que ahora absorbe el servicio de Apple News+. «Estas compras tienen un uso estratégico para hoy mismo. Lo hacen para desarrollar sus propios productos y, normalmente, no compran otras empresas por verlas como una amenaza», abunda. Otros ejemplos son las adquisiciones que desde Cupertino hicieron en realidad aumentada, máquinas de aprendizaje automático o interfaces de pago.

Sin lugar entre gigantes

Microsoft implantó durante la década de los noventa una política contra sus posibles competidores que el propio Departamento de Justicia estadounidense detectó y bautizó: «Adoptar, extender y extinguir» (EEE, por sus siglas en inglés). La compañía de Bill Gates anunciaba públicamente que apostaría por un tipo de tecnología y obligaba al resto a seguirla o arriesgarse a quedar al margen. La estrategia ahora no es marcar la tendencia, sino copiarla. Así lo identifica el empresario Albert Wenger, un business angel -personas que financian a firmas emergentes para obtener un beneficio futuro- que invirtió en Twitter en sus orígenes. Distingue una «zona mortal» alrededor de los gigantes tecnológicos, que tratan de aplastar a las startups «copiándolas» o comprándolas en cuanto las identifican en su entorno para «eliminar cualquier amenaza».

 Un editorial publicado en The Economist señala que Amazon, Facebook o Google (a través de su matriz, Alphabet) hunden algunas de estas firmas emergentes cuando entran en esa «zona mortal¨». Lo ilustra poniendo como ejemplo la estrategia de la red social con la plataforma Snapchat, que rechazó una oferta de compra de Mark Zuckerberg que alcanzaba los 3.000 millones de dólares. Facebook decidió incorporar elementos que hacían triunfar a su competidora y frustró sus planes de futuro. El análisis del inversor Ajay Royan en el editorial resume la idea: «El 90 % de las startups que veo están hechas para vender, no para crecer».