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Percebe y camarón se disparan en lonja y llegan a 270 y 220 euros el kilo

e. mouzo / a. gerpe REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

XAIME RAMALLAL

El cierre de fronteras impulsa los precios de los crustáceos gallegos

23 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de un año atípico en lo social, sanitario y económico, con un consumidor tan impulsivo como imprevisible, la antesala de la Navidad se esperaba igualmente fuera de lo común. Y lo está siendo, pero por las altas cotizaciones, por encima de las de años anteriores, que están obteniendo los productos pesqueros más demandados en estas fechas. «El pescado no tanto, pero el marisco está disparado». Lo decía ayer por la mañana Israel Martínez, subastador de la casa Paco Moinelo en la coruñesa lonja del Muro. Tiene «la suerte» de ser el que más percebe comercializa en la rula herculina. Ayer, cerca de una tonelada, «muy bonito y de muy buena calidad», que se vendió «por encima de lo de otros años». El más caro salió de la lonja a 270 euros el kilo, pero hubo otro de 260, 229, 190, 180, hasta los 35 en los que se dispensó el más barato.

Los ejemplares más cotizados procedían de las piedras de la Torre y de O Roncudo, zona que los percebeiros de esa zona solo explotan contados días por estas fechas, y otros tanto en verano, con motivo de la fiesta dedicada a este producto que pone a Corme en el mapa gastronómico. 

Si alguien espera encontrarse el percebe que se género hoy en el mercado ya puede desilusionarse. Fue adquirido por minoristas y exportadores para satisfacer a particulares en Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valladolid, según apuntaron fuentes de la lonja.

En Burela el percebe se pagó a un máximo de 189 euros, a 135 en Aguiño.

En la línea del percebe se movió el camarón. Ya el lunes Marcos Sendón, de la pescadería Marc del Norte de A Coruña, advertía a sus clientes de que el crustáceo se movía en el entorno de los 130 euros. En A Illa, el más caro se paró ese día a 133; en O Grove, a 138 euros. Ayer, en el Muro, Israel Martínez vendió a 220 euros el kilo de la primera parada, muy a distancia de los 125 de tope en Celeiro, los 185 en Burela.

La nécora en A Coruña llegó a 65 euros, más cara que en A Mariña (50 euros de máxima en Burela y 41 en Celeiro). También el santiaguiño -del que solo entraron 50 kilos en el Muro-, a 190, mientas que fue a 125 en Celeiro y llegó a 160 en Burela.

La demanda de bivalvos también ha caldeado las cotizaciones. La babosa mediana estaba en el mercado ayer a 40 euros. A una media de 30 salió de la subasta en A Illa, a 40 la fina -que alcanzó un máximo de 58 euros- y a 12 la japónica. Esta última, en Cambados, se vendió a una media de 15 euros.

La sorpresa de la navaja

En la lonja de Ribeira, la sorpresa la dio la navaja. Se pusieron a subasta piezas buenas, sí, pero nada fuera de lo común. Similares a las de las Navidades pasadas, en las que la cotización podía superar los 20 euros, un precio considerable para un marisco que marca 10 euros en la media del año. Ayer se paró la más cara a 35,4 euros. Y la explicación que daban es el desabastecimiento de los mercados centrales, a los que, debido al cierre de fronteras y restricciones de movilidad, no ha llegado producto con otro origen que suele suplir al marisco gallego.

La navaja suele importarse de Irlanda, como el buey de mar; la centolla de Francia o Escocia, que también envía vieira y cigala. Eso, según explican subastadores y placeros, hará subir los precios de los productos autóctonos. Ahí está que la centolla ayer se paró en O Grove a 32 euros, cuando diez días antes, el máximo estaba en 26. A ese precio máximo llegó ayer en Celeiro y más alto fue en Burela, que rebasó los 30.