Patrocinado porPatrocinado por

Galicia lucha contra los piratas del siglo XXI

Lucía Vidal

SOMOS MAR

JOSE PARDO

El patrullero Serviola, con base en Ferrol, vigila, forma y lucha contra la piratería, un fenómeno creciente en aguas del Golfo de Guinea. En menos de un mes han atendido dos emergencias por ataques

13 may 2019 . Actualizado a las 19:59 h.

Recién recuperados del susto de su última intervención, los tripulantes del patrullero de la Armada Española Serviola, con base en Ferrol, navegan hacia la capital senegalesa, Dakar. Patrullan en el Golfo de Guinea, escenario, cada vez más, de episodios protagonizados por piratas, tal y como confirma su Jefe de Operaciones, el ferrolano Enrique Díaz Zuaza, de 27 años.

«Nuestra misión principal no es intervenir en los asaltos a buques sino tareas de vigilancia marítima y sobre todo, formación». Pero el pasado 5 de mayo recibieron un aviso de seguridad del centro de operaciones y vigilancia marítima de la Armada, en Cartagena. «Nos llamaron y nos dijeron que había siete piratas asaltando un mercante con bandera de Malta a cien millas de nuestra posición».

A la zona acudió también una fragata de Guinea Ecuatorial, que colaboró en el rescate. «Al principio, la información que recibimos ?cuenta Zuaza? era confusa e incluso, contradictoria. No sabíamos si los piratas seguían a bordo o no». Lo único que sabían con certeza es que había veinte personas, de nacionalidades rusa y letona, refugiadas en la habitación del pánico del barco. «Desde esa ciudadela hacían llamadas de auxilio pero ni siquiera ellos sabían lo que estaba pasando en el exterior». Incertidumbre que, en el caso del Serviola, terminó cuando, llegados al punto, establecieron contacto con la fragata guineana, que confirmó la huida de los piratas. «Antes de nuestra llegada, intentaron acceder al compartimento en el que se había escondido la tripulación.

Hubo disparos

Amenazaron por megafonía a la dotación para que saliese pero no lo consiguieron. Llegaron a hacer un agujero en la puerta y dispararon dentro del habitáculo pero afortunadamente no hirieron a nadie». Sí dejaron un rastro a sus espaldas, en forma de «destrozos en los equipos electrónicos del puente», además de «robar material del barco». ¿La reacción de los liberados? «Se alegraron muchísimo de nuestra presencia».

Es el modus operandi habitual de estos piratas del siglo XXI, que ahora han puesto en su punto de mira también esta otra zona del continente africano (en aguas de Somalia son corrientes los secuestros). «Al sur de Nigeria hay muchas plataformas petrolíferas, que son el verdadero objetivo de los ataques. Lo que les mueve es intentar abordar buques que se encuentren cerca de las plataformas, y una vez que están a bordo, toman a alguien como rehén, y si no, roban lo que encuentren de valor», relata Zuaza. Hasta la documentación. «Esta vez se llevaron los pasaportes de toda la tripulación».

Por fortuna, todo acabó bien pero... ¿Qué hubiese pasado si, a la llegada del Serviola, los piratas aún estuviesen allí? «Pues sin duda habría sido una operación bastante más compleja, habría que solicitar una autorización a España para actuar, etc».

Dos asaltos en un mes

Desde que zarparon de Ferrol el pasado 1 de marzo, han recibido «bastantes avisos» de ataques o tentativas. Sin ir más lejos, hace apenas un mes liberaron otro mercante, de bandera nigeriana, en su despliegue africano. Una docena de tripulantes fueron puestos a salvo tras cuatro días retenidos a bordo por nueve piratas armados con fusiles AK-47 y lanzagranadas. El Serviola detectó que el barco seguía patrones de comportamiento atípicos y que había una embarcación de pequeño porte en sus proximidades. «En esta ocasión, cuando nos acercamos, sí que estaban los piratas a bordo pero huyeron en cuanto cuando nos vieron llegar», recuerda.

Como tal, no existe un dispositivo especializado para luchar contra este fenómeno en el Golfo de Guinea. «En la otra punta de África, en el Golfo de Adén, sí van buques de mayor porte, con equipos de operaciones especiales dedicados exclusivamente a operaciones contra la piratería», explica el ferrolano. «Nosotros lo que hacemos es dar adiestramiento a las marinas de los países ribereños para formalos contra este tipo de problemas. Cooperación bilateral». En el Golfo de Guinea permanecerán hasta finales de junio, cuando se cumplan cuatro meses de despliegue.

Enrique Díaz Zuaza lleva dos años en el Serviola, patrullando en otras zonas como el Mar de Alborán, donde realizan labores de vigilancia y seguridad marítima para controlar tráficos ilícitos, tanto de drogas (procedentes de Marruecos y con destino a la península) como de personas. «Ahora que empieza el buen tiempo, veremos más pateras seguro. Nosotros hemos colaborado en varios rescates con Salvamento Marítimo. Es una situación muy delicada», confiesa.

Un oficio vocacional

Formado en la Escuela Naval de Marín, Enrique tuvo claro desde pequeño que se quería dedicar a esto. «Es algo vocacional. El que está aquí es porque le gusta y yo estoy muy contento». Su padre es marino mercante. Está casado, aunque no tiene hijos «por ahora». Sobre el tiempo que se pasa fuera de casa, asegura que «ya están acostumbrados porque desde que salimos de la escuela no paramos de un sitio para otro».

No es el único gallego que vela por los intereses de España en alta mar. «En total, somos 54 personas a bordo del patrullero, y como ya te imaginarás, muchos, de Galicia, claro».