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El armador gallego del buque retenido en Conakry: «El cocinero va a hacer la compra con un agente armado»

M. Gago / R. Estévez PONTEVEDRA, AROUSA / LA VOZ

SOMOS MAR

La tripulación del buque gallego Portomayor está retenida en Guinea Conakry desde el 18 de abril
La tripulación del buque gallego Portomayor está retenida en Guinea Conakry desde el 18 de abril cedida

El vigués Óscar Estévez defiende que no hizo nada ilegal y se apoya en una sentencia de un juzgado guineano. El pesquero, con base en Marín y 26 tripulantes a bordo, está parado en puerto desde el 18 de abril

08 may 2019 . Actualizado a las 14:01 h.

Dos gendarmes armados impiden que los tripulantes del Portomayor, un pesquero con bandera española y base en Marín, abandonen puerto en Guinea Conakry donde está detenido desde el 18 de abril. Los policías vigilan lo que ocurre a bordo -uno incluso acompaña al cocinero al mercado para que pueda comprar víveres-. El armador, Óscar Estévez, un vigués afincado en Vilanova, lleva semanas haciendo gestiones para que las autoridades del país africano devuelvan la documentación al capitán español, natural de Bueu y vecino de Catoira, y a los marineros, originarios de media docena de países de África Occidental. Mientras la burocracia dilata más y más la espera, el armador señala que no entiende qué está pasando ni por qué Conakry ha apresado su barco, una situación que considera irregular.

Estévez relata que su barco faena en Conakry con una licencia de tres meses con un acuerdo que implica la descarga de las capturas en Guinea. «En la primera descarga, no me pagaron el pescado. El barco salió y durante ese tiempo fui mandando correos a la empresa para que fueran preparando el dinero para la siguiente descarga». El impago volvió a repetirse y tras cinco días en el muelle, hubo una reunión en la prefectura marítima. «Llegamos a un acuerdo por escrito conforme yo descargaría el barco a cambio de tener por lo menos 40.000 dólares». Al día siguiente se hizo la descarga y al armador le dijeron que el dinero estaba en camino. Al acabar, «pregunté y solo me trajeron 13.000 dólares». Estévez añade: «El barco volvió a salir y seguí mandando correos para que preparasen el dinero al regresar». Otra vez en puerto, el dinero no apareció y el gallego no descargó. Asesorado por abogados guineanos, acudió a la Justicia del país africano para denunciar a la empresa por incumplimiento de contrato y que se le permitiese descargar para comprar víveres y pagar salarios. «Tuve una sentencia favorable conforme me daban la razón y el juez me autorizaba a descargar». Desde ese punto, las cosas se complicaron más. «Parece ser que eso en el ministerio no gustó demasiado, porque no tenía autorización de descarga de ellos y al día siguiente apresaron el barco, vinieron aquí, cogieron toda la la documentación de la gente, pusieron dos gendarmes armados por si quería escapar y estoy aquí desde esa», afirma. Estévez sostiene que no hizo nada ilegal, porque la descarga se hizo con permiso judicial.

Tras el apresamiento, la Embajada española está haciendo gestiones ante las autoridades guineanas para la liberación del barco. Desde la Administración estatal se apunta: «La retención del buque se produjo debido a un litigio existente entre el armador y su consignatario guineano por el impago, por parte de este último, de las capturas desembarcadas por el armador en dicho país». Aclara que esto «ha motivado que el ministerio competente haya solicitado la retención del barco hasta su resolución».