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Bruselas propone de nuevo un recorte para la merluza sur, ahora del 14 %

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

Ana Garcia

Está dispuesta a relajar la meta de la sostenibilidad si el impacto socioeconómico es grave

08 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Por quinto año consecutivo, la Comisión Europea vuelve a asomar la tijera a la cuota de merluza sur. Lo anunció ayer al presentar su propuesta para las posibilidades de pesca para el Atlántico en el 2019. El recorte propuesto sobre las capturas de este stock, vital para la flota gallega, es del 14 %. Aunque su población «no está al borde del colapso», dicen fuentes comunitarias, el equipo del comisario Karmenu Vella ha querido ser cauto y seguir la senda de ajuste hasta el 2020, fecha en la que todas las especies del Atlántico deberían ser explotadas en niveles sostenibles (RMS).

La flota gallega ya aprieta tirantes y casco. Sobre todo porque se avecinan más problemas. El más inmediato, la obligación de desembarcar todas las capturas a partir del 1 de enero. Los pescadores temen que el recorte abrupto de las cuotas acabe asfixiando su actividad, ahora condicionada por la prohibición de descartar las capturas accidentales. Bruselas reconoce que aún hay trabajo por hacer para eliminar los efectos de este corsé de la nueva política común de pesca (PCP): «Todavía no hemos resuelto todos los problemas con las especies de estrangulamiento», admiten sus expertos. Y esa es la razón por la que están dispuestos a abrir la mano. Para empezar, con el calendario. Según la Comisión, Vella podría ofrecer «un año adicional para alcanzar el RMS, en algunos casos». Pero ese tiempo extra solo se concederá si los países demuestran con informes contundentes que las restricciones de cuota podría tener «graves» impactos socioeconómicos en su costa.

Vella también ha tenido especial cuidado a la hora de atender las demandas de la flota de Gran Sol y el mar del Norte, que dispondrán de nuevas cuotas extra sobre capturas accesorias de bacalao, lenguado y platija. ¿Qué pasa con los del sur? A pesar de los ruegos de la flota gallega, no habrá cuotas adiciones sobre especies de estrangulamiento. ¿Por qué esta discriminación? Porque Bruselas considera que su situación no es tan seria. Sus expertos alegan que países como España tienen hasta cuatro herramientas para solucionar ese problema. En primer lugar, mejorar el reparto de las posibilidades de pesca entre segmentos de flota, pues se da la paradoja de que hay barcos que no usan todo el cupo que se les asigna y otros acaban el año con déficit. Segundo, aprovechar el intercambio de hasta un 9 % entre especies. El tercero, traspasar hasta un 10 % de cuota de un año para otro. Y, por último, la posibilidad de transferir cuotas entre diferentes áreas, por ejemplo entre el mar del Norte y el Cantábrico.

Pendientes de la xarda

Vella ya ha dado el pistoletazo de salida a unas negociaciones que culminarán el 18 de diciembre. Aunque con Noruega, Islandia y Feroe para el reparto de la xarda pintan muy mal (el sector prevé un recorte del 49 %), las perspectivas para España no son del todo malas, teniendo en cuenta que la flota siempre consigue arañar sobre la bocina unas pocas toneladas más de las previstas. Hay buenas perspectivas para la pesquería del jurel del Cantábrico, para el que la Comisión propone un aumento de cuota del 18 %, pasando de las 16.000 toneladas a las 18.858. Lo mismo para ese stock en Galicia y Portugal (+69 %), el rape sur (+2 %), la merluza norte (+23 %) y el gallo ibérico (+40 %). Malas noticias para los paladares exquisitos porque la cigala del Cantábrico seguirá cerrada.

Desconcierto en Gran Sol, malestar en litoral por la cigala y alivio en el cerco por el jurel

e. a.

Por unas cosas o por otras, la propuesta de la Comisión no ha dejado impasible a ningún segmento de la flota gallega. Al de Gran Sol, lo ha desconcertado. Desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) no entienden, por ejemplo, que Bruselas quiera rebajar un 2 % de cuota de rape cuando los científicos proponen un subirla un 10,7 % y, sin embargo, proponga aumentar un 28 % la merluza del norte cuando los biólogos plantean el 23 %. «Apoyamos las recomendaciones científicas para Gran Sol, pero no entendemos por qué Bruselas no respeta las directrices ni en el rape, del que depende en gran parte la flota gallega, ni en la merluza», expuso el gerente de Arvi, José Antonio Suárez Llanos, que aplaude la fuerte subida para el gallo, del 35 %, quizá «para compensar los sucesivos recorte que ha sufrido la especie en los últimos años.

En el litoral, al mazazo de la merluza sur (-14 %) aún suman que se mantenga el cierre de la pesquería de cigala a pesar de que el sector cree que ha dado pruebas suficientes en sus campañas científicas de que la situación no es tan crítica. «Non entendemos por que o ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) non rectifica o seu consello», expone Torcuato Teixeira, secretario xeral de Pescagalicia.

El cerco respira aliviado porque para el jurel hay propuesta de incrementar el TAC (total admisible de capturas) tanto para la franja del Cantábrico como para la del Atlántico, aunque vuelve a guardar aliento para recibir la propuesta de la xarda.

Mientras, en la bajura cunde la decepción. Basilio Otero, presidente de las cofradías españolas, cree que, con la escasez de cuota que hay, cualquier recorte o incluso mantenimiento de cupo será «unha mala negociación».