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Decepción por los precios del primer bonito de la costera subastado en Avilés

n. r. AVILÉS / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

Mientras en Galicia cada vez son menos los barcos que se lanzan a por el atún claro, los vascos, cántabros y asturianos se dan cada año más prisa a la hora de zarpar hacia las Azores

03 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La costera del bonito se está desdibujando. Mientras en Galicia cada vez son menos los barcos que se lanzan a por el atún claro, los vascos, cántabros y asturianos se dan cada año más prisa a la hora de zarpar hacia las Azores, en una especie de carrera por el campanu del bonito, atraídos por los elevados precios que alcanzan las primeras descargas. Un honor que, por cierto, solía tener el puerto de A Coruña, al que desde hace unos años le ha tomado la delantera Avilés. ¿Por qué? Pues porque la cadena Alimerka parecía haber importado las técnicas de márketing del japonés Kiyoshi Kimura, propietario de los restaurantes Sushizanmai, que ofrece cantidades escandalosas por el primer atún rojo del año, y el año pasado puso sobre la mesa 200,80 euros por los primeros bonitos de la costera descargados en la rula avilesina.

 Pero ayer, no hubo rastro de Alimerka para hacerse con los 1.500 kilos de bonito que dejaron el vasco María Digna II y el cántabro Gaztelugatxeko Doniene. 

Fue la cadena Masymas la que se impuso en la puja, con gran sorpresa hasta para sus responsables. Eso sí, el precio que ofrecieron se quedó muy por debajo de esos 200 euros que abonó el año pasado la firma rival: 134,2 euros, casi 60 euros menos que entonces. Una cotización que para nada esperaban los armadores. «Hoy no pagamos ni el gasoil», decía Juan Carlos García, patrón del María Digna II.