El corredor Lugo-Monforte no acaba de recuperarse del bajón de la pandemia

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

SARRIA

Por el tramo del corredor más próximo a Monforte circularon en el 2021 una media de 2.551 vehículos al día
Por el tramo del corredor más próximo a Monforte circularon en el 2021 una media de 2.551 vehículos al día CARLOS CORTÉS

Su estancamiento debilita los argumentos a favor de la autovía

26 ago 2022 . Actualizado a las 19:47 h.

Las cifras de uso de la vía de alta capacidad entre Lugo y Monforte no acaban de recuperarse de la paralización general provocada por la pandemia. Después del crecimiento acumulado tras su inauguración a finales del 2015, cuando el corredor se convirtió en una alternativa a la N-540 para viajar en coche entre Lugo y Ourense, los datos parecen apuntar a que el número de conductores que utilizan esta carretera tiende a estancarse. Los datos del 2021, los más recientes disponibles hasta la fecha, mejoran los del 2020, pero no los de los años previos al covid.

El corredor entre Lugo y Monforte, el CG-2.2, no recuperó en el 2021 la intensidad de tráfico que tenía en el 2019. Aquel año, el último antes de la pandemia, el tramo entre Nadela y Sarria estaba instalado en medias de circulación claramente superiores a los 7.000 vehículos al día. Cuatro de los nueve puntos de medición de tráfico instalados entre Lugo y Monforte superaban esa cifra, los cuatro de la mitad norte del corredor, entre Nadela, en Lugo, y Betote, en Sarria. Superado el hundimiento general del 2020, la movilidad recuperó una cierta normalidad en el 2021, una vez superada la sexta ola del coronavirus y los cierres perimetrales locales de los dos primeros meses del año. Sin embargo, al final del año pasado solo uno de los nueve puntos de control marcaba medias por encima de los 7.000 vehículos al día. Los nueve mejoraron en el 2021 los datos del 2020, pero ninguno recuperó las cifras del 2019. Los que más cerca estuvieron de lograrlo fueron los de O Corgo y Maceda (A Pobra de San Xiao), los dos más cercanos a Lugo.

En cuanto a la mitad sur del corredor, la de Sarria a Monforte, su reto alcanzable no es en estos momentos llegar a los 7.000 vehículos al día, sino volver a superar los 5.000. En esa marca estaban en el 2019 dos de los cinco puntos operativos en ese tramo. Al final del 2021 no había ninguno por encima de esa cifra.

El estancamiento

Habrá que esperar a ver qué dicen los datos del 2022 sobre el uso de esta vía de alta capacidad de la red de carreteras de la Xunta, pero estos últimos parecen confirmar una tendencia al estancamiento que ya se anticipaba en el 2019, un año en el que la intensidad de tráfico bajó en prácticamente todos los tramos. Era el primer parón desde que a finales del 2015 el corredor veía todos sus tramos abiertos al tráfico. En sus primeros años fue sumando conductores muy por encima de los incrementos medios de tráfico por carretera tanto en el conjunto de Galicia como en la provincia de Lugo. Crecía por encima del 10% de un año para otro.

Su cómodo trazado le hacía ganar conductores a costa de la N-540, que une Lugo y Ourense por Chantada, en un momento además en que las deficiencias de mantenimiento hacían que fuese incluso peligroso circular por determinados tramos de esa carretera del Estado.

La autovía, más lejos

Aquel crecimiento anual es uno de los datos con los que la Consellería de Infraestruturas justificó la transformación en autovía del tramo del corredor entre Lugo y Sarria. Los primeros kilómetros de esa autovía estarán operativos a final de año entre A Pobra de San Xiao y Sarria y a continuación empezarán las obras de desdoblamiento hasta Nadela. A medida que el uso del corredor crecía se reforzaban un poco más la reivindicación de desdoblamiento completo, entre Sarria y Monforte. Si se confirma el estancamiento, esa posibilidad seguirá siendo como mínimo tan remota como hasta ahora.

Otro posible repunte con los problemas de la A-6 y el desdoblamiento en marcha

Hay realidades objetivas para confiar en que el uso de esta vía de comunicación entre Lugo y Monforte vuelva a crecer. La primera es coyuntural y tiene que ver con los problemas de la autovía A-6. El cierre del tramo afectado por la caída del puente en Pedrafita do Cebreiro hace competitiva para muchos transportistas la alternativa de la N-120 y el corredor Lugo-Monforte para entrar y salir de Galicia. Sobre todo los días de operación salida, en los que la A-6 sufre grandes atascos en Pedrafita. El rodeo por Monforte puede merecer la pena ante la perspectiva de que haya problemas para entrar o salir de Galicia a través de la autovía.

La segunda causa para esperar que la intensidad de tráfico vuelva a subir es más permanente. Si la transformación completa de la vieja LU-546 en una vía de alta capacidad atrajo tráfico que antes iba por la N-540, no sería raro que la transformación en autovía de la mitad de ese corredor provoque otro repunte. La nueva autovía sustituirá al tramo más veterano del actual corredor CG-2.2, que es también el que presenta menos oportunidades para hacer adelantamientos y el de trazado más sinuoso. Entre Sarria y Monforte la circulación es más fluida.