La N-VI y el corredor de Sarria también quedarán a 90 por hora

x.m.palacios / s.varela VILALBA, LUGO / LA VOZ

SARRIA

La rebaja de la velocidad máxima del estado afectará a todas las vías sin excepción

03 ene 2019 . Actualizado a las 13:08 h.

Los cambios en la máxima velocidad autorizada para turismos en carreteras, con un tope de 90 kilómetros por hora frente a los 100 actuales, tendrán una clara repercusión en vías de la provincia que resultan importantes por su tráfico y por las localidades que conectan y que atraviesan. Por ejemplo, 90 por hora será el tope al que se podrá circular por la única radial de la provincia (la N-VI) y por el corredor Nadela-Monforte, que enlaza Lugo con Sarria y con la ciudad del Cabe.

Aunque la construcción de la autovía del Noroeste (A-6) alivió el tráfico en la carretera Madrid-A Coruña, su importancia sigue siendo notable en la conexión interior de municipios de Os Ancares, del entorno de Lugo y de la Terra Chá, en donde además buena parte de los polígonos industriales están junto a esa vía.

En el caso del corredor Nadela-Monforte, su construcción fue prevista para mejorar la circulación, en la que la carretera LU-546 se hacía insuficiente para las necesidades. La vía, en la que la velocidad máxima está en 100 por hora, solo cuenta con un carril en cada uno de los sentidos de circulación y con línea continua en ciertos tramos. El mal estado de la N-540 (Lugo-Ourense) y la falta de autovía entre esas dos capitales de provincia la han convertido en trazado utilizado para viajes entre la ciudad amurallada y la de As Burgas.

De esta restricción se librarán dos tramos de los alrededores de Lugo ciudad, la LU-11 y la LU-12. La primera corresponde a la nueva denominación de la N-VI entre A Tolda de Castela y Nadela tras haber sido ampliada, con dos carriles en cada sentido y con separación entre unos y otros en un tramo de unos cuatro kilómetros. La segunda es la vía que enlaza la carretera Lugo-Ourense (N-540) con la autovía Lugo-Santiago (A-54) y que también cuenta con separación para los carriles de cada sentido de la circulación.

La restricción, de todos modos, tendrá una excepción, que ya se cita en el Reglamento General de Circulación. Entre sus disposiciones recoge que la velocidad máxima en las carreteras convencionales -no autovías ni autopistas- que no discurran por suelo urbano podrá ser rebasada en 20 kilómetros por hora por turismos y motocicletas cuando adelanten a otros vehículos que circulen a velocidad inferior. No podrá superarse, por el contrario, si hay un señal de límite específico de velocidad, a no ser que ese límite coincida con la máxima genérica autorizada.

Una medida ya aplicada en varios puntos de la red viaria de la provincia

La limitación a 90 por hora ya está presente en varios tramos de carreteras nacionales de la provincia. Se implantó, por ejemplo, en la N-540 (Lugo-Ourense), que a partir de Guntín presenta un deterioro del firme bastante evidente. También se aplicó en la N-547 (Lugo-Santiago) entre Palas y Lavacolla, aunque en ese caso por otros motivos: la carretera discurre cercana al Camino Francés, por lo que se decidió rebajar la velocidad para aumentar la seguridad de los peregrinos de la más transitada de las rutas jacobeas.

Hay, en cambio, tramos de vías de la red nacional en las que se puede por ahora circular a 100 por hora con firmes muy deteriorados: así ocurre, por ejemplo, en la N-634 (Irún-Santiago) a su paso por los concellos chairegos de Abadín y de Vilalba. En la N-640, también se puede circular a 100, por ejemplo, entre Rozas y Lugo, si bien en ese caso se han realizado recientemente trabajos de acondicionamiento de la calzada.