Ojo con lo que se hace con las cenizas de los difuntos

x.m. palacios LUGO / LA VOZ

LUGO

El párroco Luis Rodríguez Patiño
El párroco Luis Rodríguez Patiño ALBERTO LÓPEZ

Esparcirlas al aire libre está prohibido por la Iglesia y puede causar problemas

19 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los entierros son una costumbre y un rito y deben someterse a unas reglas. La práctica de la incineración de los cadáveres ha ido extendiéndose en los último años, pero no por ello deben obviarse ciertas normas.

En las parroquias rurales empiezan ya a darle casos de familias que llevan las cenizas de alguna persona incinerada para depositarlas en un cementerio. Luis Rodríguez Patiño, que atiende las parroquias de Labrada (Guitiriz) y de Momán (Xermade) además de otras de Aranga y de Monfero, explica que el destino que se da a las cenizas a veces choca con directrices de la Iglesia, pero que también puede acarrear complicaciones a las familias.

En primer lugar, recuerda, está prohibido esparcir las cenizas al aire libre, guardarlas en casa o repartirlas entre varias familiares del difunto. Así lo recoge la Iglesia en el documento «Ad resurgendum cum Christo», detalla este cura.

En segundo, las cenizas que se depositan en un camposanto deben pasar por una ceremonia y deben contar con algún documento. Este sacerdote ha visto llegar con cenizas a familias procedentes de ciudades, sin ningún papel que acreditase la incineración. Patiño subraya que si no se dispone de esa documentación, el difunto no figura como fallecido desde el punto de vista de la parroquia aunque sí conste en el registro civil. Sí son habituales, admite este sacerdote, casos en los que una familia, tras la cremación, celebra un entierro con las cenizas del difunto presentes.