Me imagino que ustedes, al igual que yo, ya tenían descartada la llegada del AVE a Lugo tras los movimientos que se han venido realizando en los últimos tiempos, que hacían presagiar lo peor. Es momento de hacer borrón y cuenta nueva, olvidarnos de ese tren tan rápido que nunca llegará aquí e ir a cosas más concretas. Como se ve, los lucenses seguiremos marginados en la alta velocidad y con el resultado que nos ofrecen: coger un tren hasta Ourense y allí, tras un rato de espera, montarse en el AVE que nos lleve a Madrid. Casi nos compensa hacer el viaje por carretera.
Por ello hay que centrarse, dejarse de protestas y concentraciones por el AVE y manifestarse por algo de vital importancia para los lugueses, los trenes de cercanías que sirvan para comunicar a quienes trabajan en poblaciones de la provincia o provincias limítrofes, o a las que lo hacen en Lugo y residen en esas localidades, que puedan así trasladarse con facilidad porque existan, no uno sino varios trenes de cercanías al día.
Otro tanto habría que decir de las comunicaciones necesarias por tren con A Coruña. Las actuales son de vergüenza, duplicando y a veces triplicando el tiempo que se tarda por carretera. Y de las comunicaciones ferroviarias que deberían ser habituales con Santiago, centro administrativo de Galicia, o con Ourense, vía además de comunicación con Portugal. Ahí es donde debe estar la lucha futura de los lucenses, y no una lucha que se limite a cuatro protestas minoritarias sino a la participación masiva de las gentes de esta provincia. De momento es lo que nos interesa. El AVE, que se lo coman con patatas.